El Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano realizó este 10 de febrero una nueva audiencia del proceso contra los sacerdotes Gabriele Martinelli y Enrico Radice, acusados de abusos sexuales.
El P. Gabriele Martinelli está acusado de haber abusado de un compañero, cuando ambos eran menores, en el Preseminario San Pío X; y el P. Enrico Radice, que entonces era el rector del preseminario, está acusado de haber tratado de ocultar los abusos. Los hechos se habrían producido entre los años 2007 y 2012.
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La audiencia de hoy inició a las 11:20 a.m. (hora de Roma) y finalizó a las 13:20 p.m. Las próximas audiencias se fijaron para el 24 y 25 de febrero y el 17 y 18 de marzo.
Según la crónica de los periodistas que participaron en el "pool" de prensa desde la sala de audiencias, también estuvieron presentes el abogado de la presunta víctima que responde a las iniciales L.G., el abogado del ex rector, el abogado de la obra Don Folci y el abogado del P. Martinelli, quien acompañó al acusado.
Durante las dos horas de interrogatorio de hoy, el P. Martinelli negó todas las acusaciones y las calificó como "acusaciones sin fundamento".
En el argumento de su defensa, el P. Martinelli afirmó que todo fue "fruto de los celos hacia él" y además que fue "un intento de bloquear su ordenación sacerdotal".
"Todo el asunto es el resultado de profundas divisiones internas entre los superiores, por un lado, el rector Radice y, por otro, el vicerrector P. Ambrogio Marinoni y el asistente espiritual P Marco Granoli, fallecido el año pasado" por motivos litúrgicos, como la preferencia por la Misa del rito tridentino y el rito post conciliar, argumentó P. Martinelli.
Además, el acusado insistió que "todas las acusaciones son un modo de desacreditar al preseminario" y describió cómo era la vida de estudio, servicio en la Basílica de San Pedro y oración con la comunidad de San Pío X.
Por último, el P. Martinelli dijo que tras las acusaciones y las sanciones disciplinarias entre 2017 y 2018 ha tenido que vivir en aislamiento y estar en contacto con sus superiores y sus padres, y agregó que en aquel entonces el Obispo de la Diócesis de Como, Mons. Oscar Cantoni, le sugirió que "esperara" y de "no tener contacto con los periodistas".
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