El Vaticano reconsiderará el uso de los fondos del Óbolo de San Pedro para que sirva mayormente al sostenimiento de las obras a favor de los más pobres, y se use en menor medida en los gastos de la Curia Romana y las nunciaturas.
Este anuncio lo hizo el Óbolo de San Pedro en un mensaje enviado a los obispos y al que tuvo acceso ACI Prensa.
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El mensaje llega luego del artículo publicado en diciembre de 2019 por The World Street Journal, según el cual más de 55 millones de dólares del Óbolo de San Pedro se destinan anualmente "a cerrar el agujero en el propio presupuesto administrativo del Vaticano, mientras que solo el 10% se gasta en obras de caridad".
El diario, que citó fuentes "familiarizadas con los fondos", afirmó que este uso del Óbolo es "conocido solo por altos funcionarios del Vaticano" y "está generando preocupación entre algunos líderes de la Iglesia Católica de que los fieles estén siendo engañados por el uso de sus donaciones".
La controversia generada, más las consecuencias financieras que está trayendo la pandemia del coronavirus COVID-19, hacen probable que este año el Óbolo de San Pedro recaude menos dinero.
La colecta anual del Óbolo de San Pedro se realiza principalmente el 29 de junio, Solemnidad de San Pedro y San Pablo, o el domingo más próximo a esta fecha. Sin embargo, debido a la pandemia del coronavirus, este 2020 se llevará a cabo el 4 de octubre.
En su mensaje a los obispos, el Óbolo de San Pedro recordó que la colecta, a la que contribuyen los fieles de todo el mundo, "tiene un doble propósito: 1° Sostener la misión universal del Sucesor de San Pedro, quien, para tal efecto, se sirve de un conjunto de organismos, que toman el nombre de Curia Romana, y más de cien representaciones pontificias dispersas por todo el mundo; 2°. Apoyar las obras de caridad del Papa en favor de los más necesitados".
"Las dos finalidades –apoyar la actividad de la Santa Sede y contribuir a las iniciativas de asistencia humanitaria y desarrollo– ciertamente no se contraponen, si dicha colecta se invierte éticamente. De hecho, el resultado de las inversiones puede garantizar la continuidad y sostenibilidad de la acción de la Santa Sede a lo largo del tiempo", aseguró.
Sin embargo, indicó que "en la actualidad el Óbolo de San Pedro se usa principalmente para sostener las estructuras centrales de la Iglesia, a través de las cuales el Papa gobierna la Iglesia universal". Ante ello, informó que "se está llevando a cabo un proceso de estudio y reflexión dentro de la Santa Sede para identificar modos de reducir esta prevalencia en función al aumento destinado a fines benéficos, como sería posible, por ejemplo, en el caso de un incremento en los ingresos del fondo del c. 1271 CIC".
El canon 1271, recordó el Óbolo, "concierne a los obispos, quienes – por el vínculo de unidad con el Sucesor de Pedro y de acuerdo con las posibilidades de sus propias diócesis – están llamados también a ayudar a la Sede Apostólica para que pueda obtener los medios que necesita para su servicio a la Iglesia universal".
"A diferencia del Óbolo de San Pedro, que es una ofrenda gratuita del Pueblo de Dios, esta contribución [el canon 1271], prevista por el derecho, no tiene una finalidad caritativa, sino que está destinada exclusivamente a las actividades institucionales de la Santa Sede", indicó.
El mensaje explicó cómo a lo largo de la historia se sostuvo el servicio de la Iglesia, y destacó que el Óbolo de San Pedro "tiene una profundidad y dimensión grande", pues además del valor práctico, tiene también uno simbólico "como signo de comunión con el Romano Pontífice, por lo que no está fuera de lugar decir que el Óbolo de San Pedro también es una manifestación del sentido de pertenencia a la Iglesia y del amor a su Cabeza visible".