El Nuncio Apostólico en Siria, Cardenal Mario Zenari, se reunió con miembros del cuerpo diplomático ante la Santa Sede este 15 de octubre en el Aula Nueva del Sínodo del Vaticano para conversar sobre la situación en Siria.
En el encuentro estuvieron presentes también el Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, y el secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Richard Gallagher.
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"La cita ha sido una oportunidad para reavivar la atención sobre la situación en Siria, postrada por casi diez años de violencia", informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Cardenal Parolin manifestó el deseo de que el mundo no se acostumbre a la "letanía de horrores que cada día nos llega de esa nación martirizada" y reiteró la importancia de "buscar nuevas soluciones y de no abandonar a Siria bajo un manto de silencio e indiferencia".
Por su parte, el Nuncio Apostólico en Siria advirtió que Siria "parece haber desaparecido del radar mediático" y añadió que "la catástrofe humanitaria persiste y después de los mísiles, la mayor preocupación es ahora la 'bomba de la pobreza', que afecta al 80% de la población: en estos momentos se estima que 11 millones de sirios necesitan asistencia humanitaria".
Además, el Cardenal Zenari describió las numerosas emergencias que afectan al país "en primer lugar la atención sanitaria, también en el contexto de la pandemia de COVID-19" y destacó la necesidad de recursos financieros adicionales para el proyecto "Hospitales Abiertos" que consiste en tres hospitales católicos en Damasco y Alepo a los que pueden acceder gratuitamente los enfermos de cualquier grupo étnico o religioso.
"El tiempo se acaba" alertó el Purpurado, pues ahora Siria "es una extensión de aldeas fantasmagóricas, sembrada de ruinas y muchos sirios han perdido la esperanza".
Asimismo, el Nuncio Apostólico subrayó "la delicada cuestión de las sanciones impuestas a Siria y cómo repercuten inexorablemente en la población" y advirtió que "entre las numerosas heridas sangrantes del país" se encuentran "los niños y los ancianos, muertos también por el frío invierno, de la huida de los jóvenes mejor preparados, además de los que perecieron en la guerra, de la repatriación de los refugiados y del problema de las numerosas personas desaparecidas y detenidas".
El Cardenal Zenari agradeció "la generosidad de tantos Estados e instituciones, especialmente los organismos de las Naciones Unidas, que han puesto en marcha una serie de proyectos humanitarios" y solicitó que haya "una respuesta internacional en la que se busquen soluciones radicales a largo plazo".
Por último, el Nuncio Apostólico en Siria respondió a varias preguntas, entre los temas abordados se encontraron "las relaciones entre las comunidades religiosas de Siria, la necesidad de recuperación económica a diversos niveles para la reconstrucción del país, las consecuencias del conflicto en lo que se refiere a la presencia de cristianos en la región, la emergencia educativa y la condición de las mujeres".