Desde el Vaticano, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) ordenó que los 15 hospitales psiquiátricos de los Hermanos de la Caridad en Bélgica ya no se identifiquen como católicos, ya que en 2017 autorizaron que se aplicara la eutanasia a algunos de sus pacientes.
La decisión de la CDF se comunicó en una carta con fecha 30 de marzo. El texto señala que "con gran tristeza", los "hospitales psiquiátricos administrados por la asociación de la Provincia de los Hermanos de la Caridad en Bélgica ya no pueden ser considerados como instituciones católicas".
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En una declaración de respuesta a la CDF, el superior general de los Hermanos de la Caridad, René Stockman, indicó que "con el corazón apesadumbrado", la congregación que dirige "tiene que dejar marcharse a sus centros psiquiátricos en Bélgica".
Stockman dijo que es "doloroso" que sus centros psiquiátricos en Bélgica hayan perdido su estatus católico, considerando que los hermanos "estuvieron entre los pioneros en el campo de la salud mental" en el país europeo.
El superior general también comentó que "la congregación no tiene otra opción más que mantenerse fiel al carisma de la caridad, que no puede reconciliarse con la práctica de la eutanasia de pacientes psiquiátricos".
La decisión de la CDF concluye tres años de disputas entre los Hermanos de la Caridad y la corporación que administra sus hospitales en Bélgica, que en 2017 autorizó la eutanasia en estos centros de salud. En ese momento el directorio, compuestos por 15 miembros, incluía a tres hermanos de la congregación.
Luc Lemmens, de 61 años; y Veron Raes, de 57; apoyaron la decisión. Su servicio en el directorio concluyó en septiembre de 2018 y no fueron renovados en sus cargos.
La congregación religiosa, especialmente Stockman, rechazó la decisión de aplicar la eutanasia, reiterando que los Hermanos de la Caridad condenan esta práctica en sus hospitales.
En la carta de la CDF firmada por el prefecto, Cardenal Luis Ladaria; y el secretario, Mons. Giacomo Morandi, se hace un recuento de lo ocurrido desde 2017, precisando que el documento que autorizaba la eutanasia en los hospitales los Hermanos de la Caridad en Bélgica "no se refiere a Dios, ni a las Sagradas Escrituras ni a la visión cristiana del hombre".
La misiva también indica que la CDF dialogó con los Hermanos de la Caridad e informó al Papa Francisco sobre la gravedad de la situación.
La Santa Sede también envió como visitador apostólico al Obispo Auxiliar de Amsterdam (Holanda), Mons. Jan Hendriks, quien no pudo realizar ningún avance ni encontrar "una solución viable que evite alguna forma de responsabilidad en cuanto a la eutanasia".
El pedido de la CDF a los Hermanos de la Caridad y la corporación que administra los hospitales fue claro: "Afirmar por escrito y de modo inequívoco su adhesión a los principios de la sacralidad de la vida humana y la inaceptabilidad de la eutanasia y, como consecuencia, el rechazo absoluto para practicarla en las instituciones que dependen de ellos".
La corporación "no aseguró ninguno de estos puntos".
La CDF también reiteró que la "eutanasia sigue siendo un acto inadmisible, incluso en casos extremos" y reafirmó lo dicho citando la encíclica Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida) que el Papa San Juan Pablo II publicó en 1995, así como lo dicho por el Papa Francisco en un discurso a la CDF el pasado 30 de enero.
"El enfoque relacional –y no meramente clínico– con el enfermo, considerado en la singularidad e integridad de su persona, impone el deber de no abandonar nunca a nadie en presencia de males incurables. La vida humana, por su destino eterno, conserva todo su valor y dignidad en cualquier condición, incluso de precariedad y fragilidad, y como tal es siempre digna de la más alta consideración", dijo el Santo Padre en esa ocasión, en la que también alentó la importancia de los cuidados paliativos y reiteró su rechazo a la "cultura del descarte".
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA