El P. Patricio Moore, vocero del Instituto de los Padres de Schoenstatt en Chile, reiteró el pedido de perdón de la institución religiosa y ofreció una explicación sobre la historia y el contexto de las acusaciones de abusos presentadas recientemente contra su fundador, el P. José Kentenich.
En una videoconferencia de cerca de hora y media realizada la noche del 3 de julio, en la que participaron más de 2.000 personas, el P. Moore dijo que "lo primero que quiero hacer es pedir perdón en realidad y pedir perdón en primer lugar en forma personal, yo mismo", pues "creo que nosotros o yo no estuve a la altura de dar a conocer una serie de cosas que deberíamos haber dado a conocer en el momento oportuno".
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"No estuvimos a la altura de realmente entregar todo esto que sabíamos, sobre todo pensando que ya había muerto toda la gente que participó en esta historia", lamentó.
"Quiero pedir perdón a nombre de la comunidad de los Padres de Schoenstatt también, ya lo hemos hecho en España, porque muchos de nosotros sabíamos y no tuvimos diría yo la valentía en el momento oportuno de poder dar a conocer todo esto", añadió.
El P. Moore reconoció que para los miembros del Movimiento Apostólico de Schoenstatt "duele mucho en el fondo enterarse de muchas cosas dolorosas del P. Kentenich y de la historia por la prensa".
Las denuncias de abusos contra el fundador de Schoenstatt
Un informe de la académica italiana Alexandra von Teuffenbach fue publicado el 2 de julio en el blog Settimo Cielo, del vaticanista Sandro Magister, y en el periódico alemán Die Tagespost. La investigación recogió denuncias de abusos de poder y sexual contra el P. Kentenich que se remontan a mediados del siglo XX.
Von Teuffenbach se remitió a documentación disponible en los recientemente abiertos documentos del pontificado de Pío XII en el Archivo Apostólico Vaticano y a los hallazgos del teólogo jesuita Sebastiaan Tromp, que realizó una visita apostólica a la Familia de Schoenstatt a mediados del siglo XX, a pedido de la Santa Sede.
En su informe, la experta en historia de la Iglesia presentó supuestos diálogos de contenido sexual que habrían ocurrido entre el P. Kentenich e integrantes del Instituto de las Hermanas de María de Schoenstatt antes de la visita apostólica del P. Tromp. Además señaló la existencia de al menos una carta denunciando "abuso sexual" y dijo que otras misivas con contenido similar habrían sido desechadas por la entonces madre general de la institución religiosa en Alemania.
Von Teuffenbach presentó en su informe un diálogo que se habría producido entre el P. José Kentenich y las mujeres integrantes del Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt: "¿De quién es la hija?'. Respuesta: '¡Del padre!'. '¿Qué es la hija?'. Respuesta: '¡Nada!'. '¿Qué es el padre para la hija?'. Respuesta: '¡Todo!'. '¿A quién pertenecen los ojos?'. Respuesta: '¡Al padre!'. '¿A quién pertenecen las orejas?'. Respuesta: '¡Al padre!'. '¿A quién pertenece la boca?'. Respuesta: '¡Al padre!'".
Sin embargo, el diálogo no habría culminado ahí, pues de acuerdo a la investigadora "algunas religiosas se refirieron también a esta continuación del rito: "'¿A quién pertenece el seno?'. Respuesta: '¡Al padre!'. '¿A quién pertenecen los órganos sexuales?'. Respuesta: '¡Al padre!'".
El P. José Kentenich y su fundación
Nacido en 1885 en Gymnich (Alemania), el P. Kentenich ingresó a la Sociedad del Apostolado Católico (Padres Palotinos) en 1904 y fue ordenado sacerdote seis años después.
El 18 de octubre de 1914, el P. Kentenich funda su movimiento en una capilla en Schoenstatt, Alemania. Según el sitio web oficial del proceso de beatificación, en esa ocasión el sacerdote junto a un grupo de alumnos suyos "sellan una Alianza con María, la 'Alianza de Amor'".
El 1 de octubre de 1926, el P. Kentenich funda el Instituto Secular de las Hermanas de María de Schoenstatt, una comunidad de mujeres que "viven una vida consagrada a Dios en medio del mundo".
Para mediados del siglo XX, la fundación del P. Kentenich es investigada tanto por un obispo como por un enviado del Vaticano, el sacerdote jesuita Sebastiaan Tromp. La Santa Sede decidió en 1951 que el P. Kentenich fuera enviado a Estados Unidos y separado de su fundación, en un periodo que en la institución religiosa se conoce como "exilio".
No sería hasta 1965, tres años antes de su muerte, que el Vaticano le permitió al sacerdote regresar a Alemania y reunirse con la Familia de Schoenstatt.
Una denuncia de abuso por "el acto filial"
En su diálogo con los miembros del Movimiento Apostólicho Schoenstatt, el P. Moore profundizó sobre la acusación de abuso sexual realizada en el informe de Von Teuffenbach.
Como contexto, el sacerdote explicó que en la época a la que se remonta la denuncia se realizaban muchos tipos de actos religiosos que "son difíciles de entender hoy día".
El P. Kentenich, dijo, "quiso hacer un acto nuevo, un acto más moderno, y le llamó el acto filial", y es al que se referiría Von Teuffenbach en su informe.
El vocero de los Padres de Schoenstatt en Chile señaló que "este acto filial tiene dos condiciones que son importantes para poder comprenderlo. Una que es libre, no era un acto que todas las hermanas tenían que hacerlo sino solamente las que querían. Y segundo, siempre era con el P. Kentenich y con la Superiora General, nunca el P. Kentenich solo con alguna de ellas".
"Lo tercero, para poder comprenderlo mejor, es que el P. Kentenich tomó un poco la estructura sacramental, de los sacramentos", dijo, y explicó como ejemplo que "la confesión es el perdón de los pecados que nos regala Jesucristo, pero a través de un ser humano".
"Y el P. Kentenich quiso también hacer lo mismo: decir bueno, queremos hacer con este acto religioso una entrega a Dios, pero a través de seres humanos. En este caso él y la superiora general", dijo.
El P. Moore señaló que el fundador de Schoenstatt "desarrolló cuatro preguntas que son típicas para la consagración de alguien que se entrega a Dios para siempre".
"Él le hacía la pregunta a la hermana '¿a quién le pertenece la hija?', y ella contestaba 'al Padre', pero 'al Padre' era a Dios. Y es como la pregunta fundamental de cualquier consagrado que se entrega a Dios", insistió.
"Esta teóloga italiana afirma que no eran solamente esas cuatro preguntas, sino que se agregaba otras, como por ejemplo a quién pertenecen los ojos, a quien pertenece la oreja, a quién pertenecen los órganos sexuales", dijo el sacerdote chileno, y señaló que Von Teuffenbach "tendría que demostrar donde saco eso, porque yo todo lo que he leído jamás el P. Kentenich agregó otras preguntas".
Sin embargo, el P. Moore precisó que "solamente hay una excepción, que es el caso donde se refiere a un abuso sexual, se podría decir hoy día, con las palabras de hoy, en la cual el P. Kentenich con una hermana agregó una quinta pregunta, que es la pregunta que aparece también ahí, '¿a quién pertenecen los senos?'".
"Y esa quinta pregunta la hizo el P. Kentenich porque él ya conocía a la hermana, y pensó él en ese momento que era un buen momento para que ella se liberara. Indudablemente que es una pregunta bastante compleja, y yo comprendo a la hermana que se haya sentido de alguna manera abusada en su conciencia, de decir bueno esta pregunta es demasiado", señaló.
"Hay que decir, vuelvo a repetir, que esta pregunta no la hizo el Padre solo en una pieza con ella, la hizo en este acto filial junto a la hermana Superiora General. Pero ella lo entendió así y ahí digamos creo que tiene toda la razón también esa hermana de haberlo entendido de esa forma", añadió.
Un proceso de beatificación "muy difícil"
El vocero de los Padres de Schoenstatt en Chile dijo que "yo pienso que el proceso estaba estancadísimo por eso" y "creo que va a ser un proceso muy largo".
"Va a ser un proceso muy difícil y mientras nosotros no hagamos esta revisión histórica, mientras nosotros en Schoenstatt no demos estos pasos, lo hacemos más difícil", señaló.
El P. Moore indicó que "yo no quiero que el P. Kentenich sea beatificado el próximo año, no me interesa. Tenemos que hacer un camino nosotros mucho más largo, y ahí poder llevar al P. Kentenich a la beatificación".
"Si nosotros no tenemos clara la historia, si nosotros no tenemos clara la relación con él, no tiene ningún sentido seguir el proceso de beatificación", aseguró.