El miércoles 14 de agosto la Iglesia Católica celebrará al valiente San Maximiliano Kolbe, sacerdote franciscano conventual que dio su vida por salvar a un padre de familia en los campos de concentración nazi, llevando luz a sus compañeros, junto a la Virgen María.
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"En un momento de guerra, en un momento de dificultades como está pasando ahora mismo el mundo y cómo lo pasó entre la Primera y Segunda Guerra Mundial, San Maximiliano Kolbe con la Virgen supo llevar luz a todas las almas y a todos los corazones", indicó la hermana María Alejandra Longo de la Asociación Nuestra Señora del Encuentro con Dios desde Fátima (Portugal).
En declaraciones a EWTN Noticias en agosto de 2022, la consagrada explicó que el tiempo que vivió el Santo (1894 - 1941) fue de mucha oscuridad con la Primera y Segunda Guerra mundial y por ello creó una imprenta en la "Ciudad de la Inmaculada", que era un complejo religioso fundado por él cerca de Varsovia, para llegar a millones de personas con esta devoción mariana.
Asimismo, la hermana resaltó la caridad de San Maximiliano al explicar que cuando estuvo en el campo de concentración de Auschwitz solía hacer los trabajos más difíciles.
"Ayudaba a los trabajos más pesados como los hubo ciertamente, como cargas, como trabajos con la minería a los que eran obligados todos los refugiados y él era el primero en ofrecerse, en ofrecer también su comida y por supuesto todo el auxilio espiritual tanto para los que estaban enfermos como para los que estaban en el campo con los sacramentos", enfatizó.
Más adelante, recordó el sacrificio que hizo el santo al dar su vida por un padre de familia, que era un sargento judío polaco, y la esperanza que llevó entre sus compañeros que fueron condenados con él.
"Cuenta el guardia que estaba en ese búnker de la muerte vigilando, que en todo momento se oían cantos religiosos y plegarias, oraciones, porque el mismo San Maximiliano se encargaba de elevar el ambiente y de intentar llevar a todos al cielo aprovechando ese último momento junto con todos ellos", describió.
Al respecto, la hermana María Alejandra Longo sostuvo que "él fue el último en morir, como si esperara que el resto también muriera para poder llevarlos al cielo. Él fue el último que entregó su alma a Dios después de una inyección letal".
Entre las virtudes que vivió San Maximiliano Kolbe, que deberíamos imitar, la consagrada resaltó el practicar la pobreza, evitando "todo gasto superfluo y así, como él decía, pues gastar pero para aquello que sea para la mayor gloria de Dios".
En este sentido, animó a practicar la caridad, buscando "conquistar los corazones para Dios, llevarlos a Dios y llegar hasta dar la vida como la dio él en beneficio de los hermanos más necesitados".
"En su caso fue un refugiado en un campo de concentración, pero nosotros también tenemos junto a nosotros muchas personas que también están pasando momentos muy difíciles y a los que podemos ayudar con nuestro ejemplo, nuestro testimonio y nuestra caridad", concluyó.
Este artículo fue publicado en 2022. Ha sido actualizado para su republicación.