Ante la polémica suscitada en distintos lugares del mundo tras la publicación de reportes de abusos sexuales en la Iglesia, el sacerdote dominico y doctor en teología fundamental, Fray Nelson Medina, y el P. Hugo Valdemar, ex Canónigo penitenciario de la Arquidiócesis de México, alertaron de los graves peligros que podrían ocasionar la violación del secreto de confesión.
La más reciente de estas polémicas se dio en Francia, luego de la publicación el pasado 5 de octubre, del informe de la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE), que da cuenta de más de 200 mil víctimas de abusos entre 1950 y 2020, lo que suscitó algunas informaciones sobre la posibilidad de levantar el secreto de confesión en estos casos.
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El debate quedó zanjado luego que la vocera del Episcopado francés, Karine Dalle, indicara que los obispos de Francia no tienen la intención de desafiar la enseñanza de la Iglesia sobre la inviolabilidad del secreto de confesión.
En declaraciones a ACI Prensa, Fray Nelson Medina recordó que "se presentó algo parecido en Australia" en 2020 y "la argumentación que presentaron los obispos australianos tiene que ver con la del episcopado francés".
En 2020 en Australia y luego de la publicación del informe sobre abusos de la Royal Commission de 2017, algunos estados presentaron algunas iniciativas para obligar a los sacerdotes católicos a romper el secreto de confesión en casos de abusos sexuales, algo que es contrario a la enseñanza de la Iglesia".
Fray Nelson explicó que el argumento está en que "la gente va a confesarse voluntariamente. En el momento en que el que se rompiera el secreto de confesión, que no se va a romper, lo que se logra es que las personas no mencionen aquello que se les podría imputar. Ese argumento es poderoso".
Es decir, continuó, "si lo que quieren es proteger la sociedad, no se protege de esa manera. Si eso llegara a suceder, que no va a suceder, lo que se conseguiría es que las personas no se confesaran o se confesaran de manera incompleta, con lo cual no se lograría nada".
"La propuesta que hacían los australianos es: en vez de poner esa presión es mejor si ustedes (las autoridades civiles) dejan que el sacramento de la confesión y la acción de la Iglesia ayuden a elevar la calidad moral de las personas y ahí salimos ganando todos".
"No tiene sentido obligar a romper el sigilo sacramental porque así se pierde la confianza en el sacramento y las personas no se confiesan o se confiesan mal", alertó Fray Nelson.
El P. Hugo Valdemar dijo a ACI Prensa que no hay delito, tampoco el abuso de menores, que justifique romper el secreto de confesión.
"De ninguna manera, porque entonces también se tendría que abolir el secreto en cualquier otro delito grave como asesinato, violación, robo, etc. No es labor de la Iglesia consignar a delincuentes, sino sanar de raíz el pecado y otorgar el perdón de Dios", precisó.
Ante la acusación de algunos de que el secreto de confesión podría favorecer el secreto de confesión, el sacerdote mexicano dijo que eso en realidad "es solo el pretexto para que el estado haga una intromisión indebida en la inviolabilidad del sacramento de la confesión".
"Aquí cabe una pregunta: ¿de qué manera el sigilo de la confesión puede favorecer el encubrimiento? Se pretende echar toda la culpa se este flagelo a la Iglesia cuando en realidad, el problema está en otra parte donde se da más del 90% de los abusos".
El P. Valdemar, que como canónigo penitenciario de la Arquidiócesis de México se encargó de la absolución de los pecados más graves, recordó que "fue el mismo estado laico el que hizo una clara distinción entre la Iglesia y el Estado, y siempre se había mostrado respetuoso del secreto del sacramento de la confesión, sorprende mucho que, ahora, con el pretexto de los abusos a menores, quiera violentar esta práctica".
Esto, señaló, es "un abuso y una intromisión indebida en la disciplina de la Iglesia en lo relativo a los sacramentos".
El sacerdote resaltó que el secreto de confesión es inviolable porque tiene que ver con "el recinto más sagrado de la persona que es su conciencia. El fiel que se acerca a la confesión abre con toda confianza al confesor su propia conciencia, un ámbito en que el estado no puede entrar porque es violar los derechos humanos de la persona y su libertad religiosa".
"El sacramento de la confesión no sería posible sin la garantía del absoluto secreto que bajo pena de excomunión debe guardar el confesor", subrayó.
Colaboró en esta nota David Ramos, jefe de la oficina de ACI Prensa en México.