El domingo 25 de octubre, cerca de 400 fieles celebraban la Misa en la Iglesia latina de San Francisco en Alepo (Siria), cuando una bomba cayó sobre el techo de la iglesia dejando solo seis heridos leves. "Como le dije a mi congregación, fue el manto de la Virgen el que nos protegió" y evitó una tragedia, afirmó el P. Ibrahim Alsabagh de la Custodia Franciscana de Tierra Santa, quien presidía la Eucaristía.
En información difundida por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el sacerdote dijo que el misil probablemente fue lanzado desde la zona antigua de Alepo, controlada por grupos yihadistas rebeldes. "Si la bomba hubiese estallado sobre la cúpula, podría haber sido una tragedia. Incluso si solo hubiese hecho que cayera el candelabro, podría haber matado como a diez personas. Como le dije a mi congregación, fue el manto de la Virgen el que nos protegió", afirmó.
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El atentado ocurrió a las 5:00 p.m. El P. Alsabagh decidió continuar la Eucaristía en el jardín de la iglesia luego que los fieles recobraron la calma. "Algunos se quedaron asombrados por mi reacción. Pero es en el Señor que encontramos nuestra fortaleza, en unión con Él a través de la oración. La fuerza para seguir adelante, e incluso todavía con una mayor energía, ahora que tenemos que reparar nuestra iglesia", indicó.
El P. Alsabagh dijo a AIN que el ataque está ligado al odio anticristiano teniendo en cuenta ataques anteriores contra este templo. "Hay quienes quieren eliminar todo posible signo de reconciliación y apertura", señaló.
"Anhelamos que llegue el fin de este caos y que pronto seamos capaces de hablar de estos hechos como algo del pasado. Y sin temor de que los ataques vuelvan a suceder en cualquier momento", expresó.
En las últimas semanas los bombardeos en Alepo y otras ciudades sirias se han intensificado desde que aviones de combate rusos iniciaran su participación en la guerra civil que vive este país desde hace más de cuatro años.
El mando militar ruso asegura que su objetivo son los grupos rebeldes que luchan contra el régimen de Bashar al Assad, incluyendo el Estado Islámico.
Sin embargo, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denunció el 31 de octubre que los bombardeos rusos han ocasionado la muerte de al menos 600 personas desde el inicio de su incursión el 30 de septiembre. De los muertos, 410 serían yihadistas y 185 civiles.
En el caso de Alepo, la ONG señaló que los bombardeos lanzados el 31 de octubre mataron a 64 personas, entre ellas 28 niños.