El sacerdote argentino Tomás Agustín Beroch acaba de celebrar sus 13 años de ordenación sacerdotal y ha compartido en Facebook un mensaje en el que afirma que todos los días le pide a la Virgen María "la gracia de antes morir que dejar el ministerio".
El P. Beroch, que sirve en la diócesis de Savannah, en el estado de Georgia (Estados Unidos), fue ordenado en Italia el 19 de junio de 2010, tras estudiar en la Pontificia Universidad Urbaniana en Roma y en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino.
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El presbítero, originario de Buenos Aires, recuerda en Facebook que su primera Misa la celebró en la capilla donde el Padre Pío de Pietrelcina celebró la Eucaristía durante 40 años.
"Una anécdota para destacar es que mi madre le estuvo rezando al Padre Pío de Pietrelcina por mi vocación durante todos los años de mi seminario", recuerda el sacerdote. "No existen las casualidades, todo es Gracia y Providencia", agrega.
"Las delicadezas de Dios para con mi persona son incontables, y agradecerle 1000 veces siempre será poco", resalta.
En el mensaje que compartió por los 13 años de su ordenación, el P. Tomás señala: "Debo dar gracias a Dios ante todo por el don de la perseverancia. La perseverancia en el sacerdocio no es un mérito mío, es un don de Dios que pido día a día".
"Durante mis años de sacerdocio he visto a muchos de mis hermanos caer y abandonar el ministerio. Alguno podrá decir: eran malos sacerdotes. Sin embargo, no es tan así, ya que muchos de ellos eran excelentes pastores y un ejemplo para sus comunidades; y en cuanto a los que supuestamente 'eran malos sacerdotes', yo no sé si soy mejor que ellos... sin embargo, me mantengo en pie recordando siempre las palabras de la Escritura: 'quien esté de pie, cuide de no caer'".
"No perseveramos en la vocación o en la gracia por nuestros propios méritos, sino sólo por la misericordia divina, y nunca debemos olvidarnos de ello", subraya.
El sacerdote argentino agradece luego "a la Virgen Madre que pese a todas mis miserias me ha ayudado a mantenerme de pie. Más bien dicho, como Madre que es me ha cargado en sus brazos y me ha llevado por el recto camino".
"A nuestra Madre Santísima le doy gracias por el don de la perseverancia en el sacerdocio y le pido todos los días la gracia de antes morir que dejar el ministerio", resalta.
La centralidad de la Misa en la vida del sacerdote
Tras afirmar que "el sacerdocio no es una vocación fácil", el P. Tomás destaca que si bien ha administrado los sacramentos a muchas personas en estos 13 años, "lo que más unido al sacerdocio está es la santa Misa, ya que la misma es el Santo Sacrificio de Cristo en la Cruz".
"El Cura de Ars decía que sin la santa Misa el mundo estaría hundido en los infiernos más profundos, ya que faltaría el Sacrificio Redentor que frena la ira divina por los pecados del mundo. El mismo Cura de Ars decía que un pueblo que esté diez años sin la Santa Misa se convierte en un pueblo de bestias salvajes", prosigue.
"Cada vez que el sacerdote administra los sacramentos administra la gracia de Dios, de la cual no somos dueños, sino sólo administradores. Debemos recordar lo que decía San Juan Bosco: sin sacerdotes no hay sacramentos, sin sacramentos no hay gracia de Dios, y sin gracia de Dios no hay salvación", afirma.
Los sacerdotes no abundan
El P. Beroch ofrece luego un consejo: "Si tienes un buen sacerdote como párroco, cuídale, porque los sacerdotes no abundan y la mies es grande pero los trabajadores son pocos".
"Ruega siempre al dueño de la mies que envíe operarios a la misma", alienta.
Para concluir, el presbítero agradece las oraciones de los fieles y a sus "hermanos sacerdotes por encomendarme en el Santo Sacrificio de la Misa. Recen por favor por mi perseverancia en la gracia y en la vocación, y por mi perseverancia final".