En el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama compartimos una oración a Santa Águeda de Catania, mártir italiana del siglo III que fue declarada patrona de los pacientes que sufren esta enfermedad y protectora de las nodrizas.
Águeda es una de las mártires más veneradas en la antigüedad cristiana. Se le recuerda por haber sido torturada por defender su fe y sus votos de consagración y pureza a Cristo.
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La tradición señala que ella fue torturada luego de negarse a casarse con el procónsul Quintiliano (o Quiniciano), gobernador de Sicilia. La mujer consagrada sufrió varias formas de tormento, siendo la más dolorosa la amputación de sus senos con pinzas de acero caliente, escena que fue recreada por la iconografía cristiana medieval.
Según la leyenda, esa misma noche, luego de ser arrojada a su celda con los pechos cortados, recibió la visita de San Pedro y un ángel, quienes la sanaron.
Todos aquellos dedicados al tratamiento y prevención del cáncer mamario son conocidos como "los soldados de Santa Águeda".
Oración a Santa Águeda, patrona de los pacientes con cáncer de mama
Santa Águeda, mujer valiente,
por tu propio sufrimiento nos hemos sentido impulsados
a pedir tus oraciones por las que sufrimos de cáncer de mama.
Ponemos a (nombre de la persona) ante ti
y te pedimos que intercedas en su nombre.
Desde donde estás en la salud de la vida eterna,
todas las heridas sanaron
y todas las lágrimas secaron,
ora por (intención de oración),
y por todos nosotros.
Ora para que Dios nos dé Su santa bendición de salud y sanidad.
Y recordamos que fuiste víctima de tortura
y que aprendiste, de primera mano,
de la crueldad e inhumanidad de los hombres.
Te pedimos que ores por nuestro mundo entero.
Ruégale a Dios que nos ilumine
con un "genio para la paz y la comprensión".
Pídele que nos envíe su espíritu de serenidad
y que nos ayude a compartir
esa paz con todos los que encontramos.
De lo que aprendiste
de tu propio camino de dolor,
pídele a Dios que nos dé la Gracia que necesitamos
para permanecer santos en las dificultades,
sin permitir que nuestra ira
o nuestra amargura nos alcance.
Ora para que seamos más pacíficos y más caritativos.
Y desde tu santo paso en nuestro cuerpo místico, la Iglesia,
ora para que, en nuestro lugar y tiempo, creemos juntos
un mundo de justicia y paz.
Amén.