A casi dos semanas del asesinato de las cuatro Misioneras de la Caridad en Aden (Yemen), la prensa italiana dio a conocer una de las cartas enviadas por las religiosas cuando ya había estallado el conflicto en el país musulmán, donde las mártires comparten su preocupación por los ancianos del albergue y cuentan que con "abandono total" se postraban ante el Señor en el Santísimo Sacramento cuando había bombardeos.
"Cada vez que los bombardeos se hacen pesados nos arrodillamos delante del Santísimo expuesto, implorando a Jesús misericordioso que nos proteja y también a nuestros pobres, y conceda la paz a esta nación. No nos cansamos de llamar al corazón de Dios confiando que habrá un final a todo esto. Mientras la guerra continúa nos encontramos calculando cuánta comida podrá ser suficiente", relata la carta enviada a sus hermanas en Roma (Italia).
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La carta es de junio de 2015 y el contenido fue revelado por la hermana Serena en una entrevista con el canal de la Conferencia Episcopal Italiana TV2000.
En la entrevista difundida el 12 de marzo, la religiosa señaló que "por aquel amor y corazón de madre que tenían", las hermanas en Yemen "no podían abandonar a los pobres que amaban y en los cuales se identificaban. Querían compartir sus alegrías y sufrimientos y permanecer con ellos hasta el final".
Este país ubicado en el sur de la península arábiga sufre desde hace cerca de un año un conflicto entre la guerrilla chiíta de los hutíes y el gobierno sunita, apoyado por una coalición que encabeza por Arabia Saudita. Según la ONU, los enfrentamientos han dejado más de seis mil muertos.
"Hemos encontrado en estos días una carta de ellas y releyéndola hemos comprendido ahora un significado mucho más profundo y diverso a la luz de estos últimos hechos", explicó la hermana Serena.
En el texto, las religiosas escriben que "los bombardeos continúan, los disparos son de todos lados y tenemos harina solo para hoy. ¿Cómo haremos para saciar mañana a nuestros pobres? Con confianza amorosa y abandono total, nosotras cinco corremos hacia nuestra casa de acogida, también cuando el bombardeo es fuerte. Nos refugiamos a veces bajo los árboles pensando que esta es la mano de Dios que nos protege".
"Y después corremos de nuevo velozmente para alcanzar a nuestros pobres que nos esperan serenos. Son muchos ancianos, algunos no ven, otros con discapacidad física o mental. Rápido iniciamos nuestro trabajo limpiando, lavando, cocinando, utilizando los últimos sacos de harina y las últimas botellas de aceite, precisamente como la historia del Profeta Elías y la viuda".
Sin embargo, pese a la adversidad, las Misioneras de la Caridad recuerdan a sus hermanas que "Dios nunca se deja ganar en generosidad, siempre y cuando nos quedamos con él y sus pobres. Cuando los bombardeos son pesados, nos escondemos debajo de las escaleras, las cinco siempre unidas. Vivimos juntas, morimos junto con Jesús, María y nuestra Madre".
El asesinato de las religiosas Judith (41), Margarita (44), Reginette (33) y Anselm (60), ocurrió el 4 de marzo. Ese día un grupo de terroristas musulmanes ingresaron al convento y al albergue de ancianos y discapacitados. Murieron las cuatro misioneras junto a otras 12 personas.
Ese día también desapareció el sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil. Hasta el momento no se tienen noticias de su paradero.