El Obispo Auxiliar de Westminster (Inglaterra), Mons. John Sherrington, instó a los católicos a resistir un nuevo intento de eliminar las protecciones para los niños no nacidos que "dejarían el Reino Unido con la legislación sobre el aborto más extrema de Europa".
El Prelado emitió la apelación el 1 de julio cuando los miembros del Parlamento intentaron presentar enmiendas a un proyecto de ley de abuso doméstico que, según indica, introduciría "el aborto a pedido, por cualquier motivo, hasta que un niño pueda nacer vivo".
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Un grupo de parlamentarios buscará derogar las secciones 58 y 59 de la Ley de Delitos contra la Persona de 1861, que prohíbe la administración de drogas o el uso de instrumentos para causar un aborto espontáneo.
"Esto se presenta como una despenalización del aborto, pero, si se lleva a cabo, haría mucho más que eso. Daría lugar a la introducción del aborto a petición, por cualquier motivo, hasta el nacimiento, con un límite máximo de 28 semanas", dijo Mons. Sherrington.
"Dejaría al Reino Unido con la legislación sobre aborto más extrema de Europa, ya que en casi todos los países el límite de tiempo para el aborto es de 12 semanas. A la mayoría de nuestros conciudadanos les gustaría ver el límite actual de 24 semanas reducido, no aumentado", agregó.
Mons. Sherrington, el obispo que lidera asuntos de referentes a la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, dijo que "esta enmienda también tendría el efecto de eliminar las cláusulas de la Ley de Aborto de 1967 que permiten a los médicos ejercer una objeción de conciencia en relación con el aborto. Además, también eliminaría las garantías legales que actualmente protegen a las mujeres y los niños".
El Prelado instó a los católicos a escribir a sus parlamentarios a través del sitio web del grupo provida Right to Life para que se opongan a la enmienda.
Right to Life, por su parte, acusó al lobby del aborto, liderado por el proveedor de abortos más grande del Reino Unido, BPAS, de tratar de "secuestrar" la Ley de Abuso Doméstico, que busca salvaguardar a las mujeres y los niños que enfrentan abusos en sus hogares.
La organización benéfica dijo que las enmiendas representarían "el cambio más extenso a la legislación sobre el aborto" desde que la práctica se legalizó en 1967, dejando a Inglaterra y Gales con "una de las leyes de aborto más extremas del mundo".
Los activistas a favor del aborto han estado activos durante la crisis del coronavirus, que ha tenido un efecto devastador en el Reino Unido dejando más de 43 mil muertes por COVID-19 al 2 de julio, la tercera cifra más alta registrada en el mundo.
Cuando el país entró en confinamiento en marzo, el Gobierno se vio presionado para permitir que las mujeres aborten prematuramente en sus hogares sin supervisión médica. Aprobó la medida, luego la rescindió rápidamente, antes de volver a presentarla.
Mons. Sherrington, expresó su conmoción por las acciones del Gobierno.
"Estas medidas cambian fundamentalmente el acceso al aborto en Inglaterra y Gales en el futuro previsible. Si bien estos son tiempos de emergencia, estas medidas ponen en peligro aún más a las mujeres que, por ejemplo, se ven obligadas a tomar decisiones por parte de parejas abusivas y actúan sin ninguna consulta adecuada", aseguró.
El mes pasado, las cifras oficiales revelaron que hubo un número récord de abortos en Inglaterra y Gales en 2019.
El Gobierno informó el 11 de junio que un total de 209.519 abortos tuvieron lugar el año pasado, más que en cualquier otro año desde 1967.
Antonia Tully, directora de campañas de la Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos (SPUC), dijo que "estamos viendo una tragedia nacional" y que esta "cifra espantosa nos muestra que el aborto se está normalizando cada vez más".