El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, recordó que Cristo ha muerto en Viernes Santo para salvar a todos del pecado y precisó que el aborto no es tema solo de encuestas porque ante esta amenaza está en juego la vida misma.

Así lo indicó el Purpurado el 25 de marzo, cuando en diversos países se celebra el Día del Niño por Nacer, durante el Sermón de las Tres Horas o las Siete Palabras en la Catedral de Lima ante la venerada imagen del Señor de los Milagros.

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"Mi cuerpo debo respetarlo, hombres y mujeres. Y cuando hablamos también del cuerpo, hablamos de ese concebido, de ese embrión, de ese primer momento de la concepción en que ya no es el cuerpo de la mujer que decide, son dos cuerpos: la mujer y esa nueva vida. Por eso, siempre recordaremos: no al aborto", dijo el Cardenal.

"Si alguna vez, por debilidad –continuó el Arzobispo– caemos en ese pecado, a pedir perdón. Es un pecado muy grave, no es una discusión de una encuesta, no. Es una vida. Hermanos no dejemos que nadie negocie con la vida humana. No es un problema de un grupo político".

Según informa el Arzobispado de Lima, el Cardenal exclamó: "¡qué fácil es hablar del aborto" para el que ya tiene vida "pero nosotros tenemos el deber de decirle a todos: ¡cuida la vida! Sean responsables, vean la manera de comportarse. Jesús muere en la Cruz para dar vida".

El Purpurado explicó que ante la amenaza del aborto, la opción es clara para todos: "siempre la vida, siempre la mujer, la familia y el matrimonio".

"No calles cuando insultan a tu madre"

El Cardenal Cipriani dijo también, recordando la crucifixión del Señor, que "a Jesús lo insultaban junto a la cruz. Así es la vida, la mía y la tuya. Así es la vida de los testigos. No tengas miedo de ser testigo de Cristo, no te calles cuando insultan a tu madre, la Iglesia".

"Somos pecadores, pero Cristo, el Señor Dios, es el rey. Un rey que con humildad acude para perdonar. Por eso, cuando vemos a este pueblo delante de Cristo que esta encrespado y gritan: 'crucifícalo'. 'Valientes' cobardes. Jesús los contempla y te contempla y me contempla y nos dice: 'No me dejes solo, no dejes que me traicionen'", continuó.

En la cruz, dijo, vemos "un cuerpo lleno de dolor, lleno de sangre y lleno de heridas. Nuestro Dios ha sufrido todo lo que se puede sufrir por nuestra culpa. El Señor ha querido pasar por todos los dolores para que tú te quedes tranquilo, para que tú te des cuenta que te ama mucho. Pero tiene primero que pagar las cuentas de nuestros pecados, porque sí hay pecado. Soy pecador, hay que repetirlo: soy pecador".

El Arzobispo recordó finalmente que "somos todos pecadores. En este año de la misericordia, ten el coraje de la fe, no la debilidad del cínico. La fe exige coraje, creer cuesta, perdonar cuesta (…). Tú ten la valentía del pecador, el coraje de la fe".

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