El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, volvió a atacar a los obispos de la Iglesia Católica y los tildó de tener una "mentalidad terrorista y criminal".
El lunes 3 de diciembre Ortega participó en un acto de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), una entidad afín al Gobierno, donde dijo que los obispos "dejaron de ser mediadores (en el diálogo nacional) y pasaron a ser parte activa" de "las fuerzas golpistas".
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"Ya sé claramente, quiénes estaban detrás de los tranques, alentando tranques, es decir, alentando crímenes, que por principio, como cristianos, como pastores debían rechazar totalmente, cualquier crimen. No tienen nada de cristianos y actúan con una mentalidad terrorista, criminal; se sumaron alegremente al golpe terrorista y criminal", dijo Ortega, según señala el periódico nicaragüense El Nuevo Diario.
Según Ortega, desde que comenzaron las protestas en abril de este año, hay en Nicaragua un intento de "derrocar al pueblo, que es el Gobierno, y que es el presidente de este país".
Sin embargo, los obispos, el sector privado y distintos miembros de la sociedad civil mantienen la postura de reanudar el diálogo nacional para solucionar la crisis en el país.
Ortega dijo también que desde 2007, cuando ganó las elecciones presidenciales, "los vendepatria", en alusión a la oposición, han venido "conspirando" hasta que "comenzaron a pedir sanciones en contra de Nicaragua".
"Se empezaron a aplicar sanciones, pero nosotros dijimos, hay que continuar, porque tenemos la inteligencia, tenemos la fortaleza, tenemos el capital humano para poder continuar más allá de las sanciones", dijo Ortega.
El mandatario nicaragüense se refiere a las sanciones aprobadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la orden ejecutiva del 27 de noviembre que bloqueó todos los activos que posean bajo jurisdicción estadounidense la primera dama Rosario Murillo y el asesor de seguridad Néstor Moncada.
También les prohíbe hacer negocios con empresas o individuos estadounidenses, además de vetar su entrada al país.
Según informa el Nuevo Herald, la administración Trump dijo que Murillo es la "copresidenta de facto" y señaló su "influencia" en grupos acusados de violaciones de derechos humanos, secuestros, torturas y ejecuciones extrajudiciales en medio de la crisis en Nicaragua.
La orden ejecutiva de Trump también declara a Nicaragua como una "amenaza para la seguridad nacional" de Estados Unidos.
La Crisis en Nicaragua
Desde el mes de abril Nicaragua enfrenta una grave crisis por las protestas contra el autoritarismo del presidente Daniel Ortega.
Las manifestaciones civiles han sido violentamente reprimidas por los grupos afines al Gobierno y por la policía. Además varios obispos y sacerdotes han sido atacados y amenazados.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el número de muertos durante las protestas han aumentado a 325, que incluyen 23 niños y adolescentes.
Sin embargo, según la Asociación Nicaragüense para los Derechos Humanos, los muertos superan los 530 y habría demás más de 1.300 desaparecidos.
El Gobierno también puso en marcha una campaña de desprestigio contra la Iglesia Católica, en especial contra Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua. Sin embargo, el Prelado ha recibido el respaldo de los demás obispos y del Arzobispo de la capital nicaragüense, Cardenal Leopoldo Brenes.
Mons. Báez es tal vez el obispo más crítico del régimen que lidera Ortega, lo que he valido más de un ataque oficialista.