El Arzobispo de París (Francia), Mons. Michel Aupetit, recordó que la situación que enfrentan Vincent Lambert y el expiloto de Fórmula 1 Michael Schumacher son iguales, pero se le da un tratamiento distinto a ambos, por eso subrayó que se está ante una "elección decisiva: la civilización del descarte o la civilización del amor".
Mons. Michel Aupetit habló sobre la situación que enfrenta Vincent Lambert, un francés de 42 años que quedó tetrapléjico y tras un accidente de moto en 2008 y a quien han intentado dejarlo morir desconectándole la alimentación y la hidratación en varias ocasiones, la última el pasado 20 de mayo.
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El Arzobispo calificó la situación de Lambert como "un caso particular y emblemático" y aseguró que reza por él, ya que su vida depende de decisiones que no están en su mano.
"Hace unos años, ya se le había sometido a una parada de dieta e hidratación de la que sorprendentemente sobrevivió", apuntó el Prelado.
Mons. Aupetit explicó que Lambert "se encuentra actualmente con una discapacidad severa, tetrapléjico y totalmente dependiente en una cama del Hospital Universitario de Reims". Este caso es muy similar al de Michael Schumacher, que también sufrió traumatismo craneal así como varias lesiones cerebrales.
El traumatismo y lesiones cerebrales fueron provocadas por una caída el 29 de diciembre de 2013 cuando esquiaba en los alpes franceses, desde entonces el expiloto se encuentra en su domicilio. Su pronóstico es reservado ya que su familia ha pedido que se respete la privacidad.
"A pesar de la fama de este campeón de Fórmula 1, los medios de comunicación no aprovecharon su caso médico y puede disfrutar de una atención altamente especializada en un entorno privado. En el caso de Vincent Lambert, vemos que tiene los ojos abiertos, respira normalmente y que está estable, y no al final de su vida", precisa el Arzobispo de París.
Por eso recuerda que la decisión de interrumpir la atención básica a Lambert va contra la ley Leonetti, aprobada en el año 2005 y que preveía un desarrollo importante de los cuidados paliativos. Además no autorizaba la eutanasia ni al suicidio asistido, pero instauraba el derecho a una sedación profunda y continua hasta el fallecimiento para los enfermos en fase terminal.
En ese sentido, Mons. Aupetit subrayó que Lambert no padece "un sufrimiento insoportable que requiera una sedación profunda, excepto que, obviamente, en el caso de que los médicos detengan la hidratación, lo que le causaría el dolor cruel de morir de sed. Esto no es una 'obstinación terapéutica', ya que no es un cuidado curativo para una enfermedad incurable, sino simplemente el cuidado corporal y nutricional básico que también se debe a los ancianos dependientes, hemipléjicos y bebés que aún no son independientes".
El Prelado recordó que se cita con frecuencia a los países llamados "menos éticos", como son Bélgica y Países Bajos, en donde asegura que existe "una anestesia total de conciencia"; y por eso anima a tomar el ejemplo de otros países que sí tienen mayor sensibilidad y conciencia al respecto de estos temas como pueden ser Alemania o Italia.
"Hoy existe una elección muy clara de civilización: o consideramos a los seres humanos como robots funcionales que pueden eliminarse o desecharse cuando ya no son útiles, o consideramos que la limpieza de la humanidad no se basa en la utilidad de una vida, sino en la calidad de las relaciones entre las personas que revelan el amor", afirmó.
También advirtió que nos enfrentamos a una "elección decisiva: la civilización del descarte o la civilización del amor", y explicó que "Cristo nos ha revelado la única forma de crecer en la humanidad: 'Amaos unos a otros como yo os he amado'. Y nos dio la única manera de expresar este amor: 'No hay amor más grande que dar la vida por los que uno ama'".