El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, explicó la importancia y el especial significado que tiene un altar en una iglesia católica, algo que constituye un distintivo ante otras confesiones cristianas.
El Purpurado, informa el SIAME, hizo esta explicación en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe Reina del Clero, en la colonia Romero Rubio de Ciudad de México, donde dedicó el nuevo altar y bendijo la capilla construida para el Santísimo Sacramento.
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El Cardenal Rivera afirmó que "a Dios se le puede adorar en cualquier lugar, ya sea en el campo, en la casa, con el amor que una familia se profesa, con el trabajo y con las oraciones; donde nos encontremos Él recibe nuestra alabanza. Sin embargo, es preciso construirle un altar, un lugar privilegiado, donde Él se haga presente y nos espere".
"Si estamos conectados con esa Piedra (Cristo), con los apóstoles y con sus sucesores a través de los siglos, podemos tener la seguridad de que estamos en la Iglesia que Cristo quiso fundar", aseguró el Cardenal.
"Al celebrar la Eucaristía en el Altar, estamos anunciando la muerte y proclamando la resurrección de Cristo; y en este punto es donde debemos preguntarnos si realmente estamos saliendo a la calle a anunciar el Evangelio".
"Si no es así, si nos quedamos encerrados en la iglesia, simple y sencillamente no estamos celebrando de forma completa esa alabanza que Él desea", precisó.
Sobre la relación de los católicos con otros cristianos, el Arzobispo comentó que seguramente "todos ustedes habrán recibido en su casa personas que les hablan de Dios, cuyas palabras pueden ser muy interesantes".
"Pero ¿quién las envía?, ¿quién fundó su iglesia? Algunos nos dirán que fueron fundados en Estados Unidos por Joseph Smith (fundador de los mormones), otros que sus orígenes están en Europa en el siglo XVI, unos más que provienen de una iglesia oriental. A todos ellos debemos respetarlos y valorar las gracias que el Señor haya querido concederles; pero debemos saber que no son la iglesia fundada sobre Cristo".
Estas comunidades cristianas no católicas, explicó el Cardenal, "no tienen un altar, la señal material de que estamos adheridos a Jesús con total seguridad".
Rito de consagración de un altar
Al comenzar la Misa, el Obispo celebrante bendice el agua y rocía con ella al pueblo y el nuevo altar. Luego la oración universal o de los fieles se omite, ya que en su lugar se cantan las letanías de los santos.
Se colocan luego reliquias de los santos para expresar que todos los que han sido bautizados, y especialmente los que han derramado su sangre por el Señor, participan de la pasión de Cristo.
Se hace también una especial oración de dedicación y se unge el altar con el crisma, para recordar la unción de Cristo con el Espíritu Santo, para que, en el altar de su cuerpo, se ofrezca el sacrificio del Señor.
Se quema incienso sobre el altar para significar que el sacrificio de Cristo sube hasta Dios como suave aroma y también para expresar que las oraciones de los fieles llegan a Dios.
El revestimiento del altar con un mantel indica que se convierte en ara (piedra sagrada) del sacrificio eucarístico y al mismo tiempo la mesa del Señor.
Se ilumina el altar para mostrar que Cristo es la "luz para alumbrar a las naciones".
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- ACI Prensa (@aciprensa) 25 de octubre de 2016