En la iconografía cristiana son muchas las imágenes que representan a San José como una persona mayor y sosteniendo una vara con flores. Esto se debe a una antigua historia sobre su elección para ser el santo esposo de la Virgen María.
Los relatos sobre la elección de San José como pareja de María se leen en algunos textos que se conocen como apócrifos. Se trata de escritos de los primeros siglos del cristianismo, que aunque no son verdades de fe y por tanto no forman parte del canon bíblico ofrecen algunos detalles piadosos y datos que la tradición de la Iglesia ha recogido.
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En el "Protoevangelio de Santiago" (apócrifo del siglo II), que el Vaticano toma como referencia, se cuenta que cuando la Virgen llegó a los 12 años un ángel se le apareció al "Gran Sacerdote" Zacarías en el lugar más sagrado del templo y le dijo:
"Sal y reúne a todos los viudos del pueblo, y que éstos vengan cada cual con una vara, y aquel a quien el Señor envíe un prodigio, de aquel será María la esposa".
Todos los viudos, incluido José, acudieron al llamado. Zacarías les pidió sus varas y entró al templo a orar. Luego salió y se las devolvió.
Se dice que cuando San José recibió la suya, brotó de ella una paloma que voló sobre su cabeza. De inmediato el sacerdote le indicó que había sido elegido para tomar bajo su protección a la Virgen del Señor.
José no se sintió digno de ello y se negaba diciendo que ya era viejo, que María era una niña y que no quería ser motivo de burla. Pero el "Gran Sacerdote" le increpó temer más a Dios. Es así que San José la tomó bajo su protección.
Por otro lado, en el "Evangelio de la Natividad de María" (apócrifo del siglo V) se describe esta historia de manera similar. En el relato los solteros son convocados a dejar una rama seca sobre el altar. Cuando el anciano y viudo San José colocó su vara, de inmediato ésta floreció y todos supieron que él era el elegido para María.
Gracias a estos relatos es que a San José se le pinta o representa como alguien más adulto que la Virgen, incluso con barba blanca y canas. Asimismo, la vara con flores es otra de las características de la iconografía del padre adoptivo de Jesús.