Se llama Fadia Laham, pero es conocida mayormente como Madre Agnes, una religiosa libanesa de 65 años que pese a las amenazas de muerte de los yihadistas sigue trabajando por rescatar, de manos de los traficantes, el patrimonio cultural de los cristianos en Siria; y por mediar en la liberación de otros religiosos secuestrados.
Mother Agnes-Mariam - Secular Syria's fight v a sectarian terrorist insurgency. https://t.co/LgD6JXpR1o #Syria pic.twitter.com/q2fbt6yWWo
- Okani (@northoltia) 28 de enero de 2016
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Nacida en Líbano, Fadia Laham pertenece a la Iglesia greco-católica melquita y viste el hábito de las carmelitas descalzas. Su padre era palestino y su madre libanesa, y a los 16 –un año después de la muerte de su padre–, se unió a un grupo de mochileros hippies.
Sin embargo, descubrió su vocación a la vida religiosa y a los 19 ingresó como monja de clausura en el convento de las Carmelitas al norte de Beirut (Líbano). Junto a su orden le tocó asistir a los desplazados de la guerra civil que vivió este país en la década de 1970.
En 1993 viajó como superiora a Siria para reconstruir el monasterio greco-católico melquita del siglo V dedicado a Santiago el Mutilado, ubicado a 60 kilómetros al norte de Damasco. Pero en 2011 estallaron las protestas populares contra el Gobierno de Bashar Al Asad y que desencadenarían la guerra civil que sigue desangrando el país.
"Antes de la guerra había algo más de dos millones de cristianos (el 10% de la población total). Hoy apenas quedan 700.000 tras la huida de la mayoría a Europa", señaló al diario español El País desde Jounieh, región cristiana al norte de Beirut.
En ese sentido, advirtió que en Siria se puede dar lo que ocurre en Irak, donde "la guerra de 2003 expulsó a los cristianos. Apenas queda el 10% y han destruido gran parte de su patrimonio". Sin embargo, señaló que la destrucción de Siria forma parte de un plan más amplio, que pretende desmembrar y dividir las sociedades pluralistas como Irak o Egipto.
En ese sentido, la religiosa indicó que se ha puesto a salvo en Líbano los iconos, manuscritos y lienzos del monasterio de Santiago el Mutilado. Sin embargo, hoy prosigue la búsqueda de más patrimonio robado por los traficantes y que ofrecen a los coleccionistas occidentales.
Según su recuento, más de 120 iglesias y monasterios han sido destruidos en Siria. Además, los yihadistas saquearon en 2013 la localidad de Malula, uno de los últimos rincones del mundo donde aún se habla arameo, la lengua de Cristo. Un año más tarde, medió al teléfono con Abu Malek, máximo líder de Al Qaeda en esa región, fronteriza con Líbano, para la liberación de nueve monjas greco-ortodoxas secuestradas allí.
Salvó de morir a manos de yihadistas
En su diálogo con El País, la Madre Agnes recordó que mientras estuvo en Siria fue amenazada de muerte por Al Nusra, entonces facción de Al Qaeda que en julio pasado se separó y tomó el nombre de Fath al-Sham.
Sin embargo, en 2012 el Ejército Libre de Siria (ELS) –uno de los grupos que combaten al gobierno–, le ayudó a escapar al Líbano.
Pero pese a ello, la religiosa debe moverse con escolta por los seminarios internacionales a donde la invitan, ya que está amenazada por el Estado Islámico (ISIS).
En ese sentido, la Madre Agnes critica el manejo que los medios dan al conflicto en Siria. "Mi testimonio es molesto por ser políticamente incorrecto. Hoy hay que repetir por la mañana, a mediodía y por la noche que Bashar Al Asad mata, pero no se puede decir que los rebeldes matan". "Quien quiere decir la verdad, la dice toda", señaló.
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