Desde el 2017, la Orden de Malta organiza al menos una vez al año una peregrinación a Santiago de Compostela con peregrinos en sillas de ruedas, recorriendo algunas de las antiguas encomiendas de la orden en la ruta jacobea.
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Este año han podido hacerlo en tres ocasiones, la última de las cuales arranca este domingo 25 de septiembre con la intención de que los peregrinos puedan dar el abrazo al santo patrón de España el próximo 2 de octubre.
En total, serán seis etapas de unos 16 kilómetros por el camino francés, entre León y Santiago de Compostela, que recorrerán 3 peregrinos en sillas de ruedas ayudados por un grupo de voluntarios y acompañados por un sacerdote.
La peregrinación de personas con movilidad reducida o discapacidad es posible gracias al uso de unas sillas con una sola rueda diseñadas especialmente para discurrir por caminos y entornos rurales.
Cada silla necesita al menos dos personas, una que da equilibrio desde atrás y otra que realiza la función de tracción y dirección. La Orden de Malta cuenta en esta ocasión con cuatro peregrinos andantes por cada silla de ruedas.
En total, se completarán unos 100 kilómetros de recorrido, no lineales, porque las condiciones especiales de los albergues para personas con discapacidad no permiten otra opción.
Íñigo Mendaro, caballero de la Orden de Malta, sufrió de parálisis cerebral infantil, lo que le produjo una gran dificultad para caminar. Hace años que soñó con hacer el camino de Santiago a caballo, pero reconoce que "es un lío".
Así que se ha dejado seducir por el Camino sobre ruedas, después de que le insistieran mucho los organizadores. "Me persiguen desde hace cuatro años y he tenido muchas reticencias porque será duro y no voy a poder ayudar", explica Mendaro a ACI Prensa.
Pese a su dificultad para la deambulación, Mendaro es autónomo para casi todo. "Soy muy independiente", reconoce. "Dar mi brazo a torcer me va a costar. Ese va a ser mi ofrecimiento del camino", explica.
A este peregrino le agrada especialmente de la experiencia que se cuide la profundidad espiritual, con el rezo de laudes y vísperas y la celebración de la Misa cada tarde.
Aunque ha estado varias veces en Santiago de Compostela, Mendaro anhela cruzar por primera vez la Puerta del Perdón, aprovechando que es Año Santo. Y también desea contemplar la restauración del Pórtico de la Gloria, desde la fe, pero también como licenciado en Humanidades y doctor en Historia.
"Voy a dar gracias al Apóstol por la suerte que tengo y a pedir por los demás", detalla con sencillez. Pues buen camino.