El Papa Francisco visitó esta mañana en el Vaticano a Benedicto XVI, que desde su renuncia reside en el Convento Mater Ecclesiae, en el interior del Vaticano.
Francisco acudió a las 10 horas a su residencia para saludarlo y desearle una buena estancia –en un coloquio que duró media hora– en la casa de verano de los pontífices en Castel Gandolfo, situado a las afueras de Roma.
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Según un comunicado de la Santa Sede, el Papa Emérito se trasladó justo después hasta la residencia de verano, donde permanecerá hasta el 14 de julio.
A pesar de que se había sugerido que en los primeros días de julio Benedicto XVI podría estar acompañado de Francisco, finalmente parece que no será así.
Desde los tiempos del Papa Pío XII, los Papas han pasado los meses del verano en Castel Gandolfo, y el pequeño pueblo extraña la presencia del Pontífice. Parece ser que además de ser un aliciente espiritual, la presencia del Papa era un reclamo para los turistas y una fuente de ingresos para los comerciantes.
Es habitual que el Papa Francisco y Benedicto XVI se reúnan para cambiar impresiones, incluso el Papa Emérito ha acudido en estos dos años a algunas celebraciones en el Vaticano, como la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII el 27 de abril de 2014 o el Consistorio para la Creación de nuevos cardenales en febrero de 2015.
El pasado 19 de marzo de este año, el Papa Francisco también llamó al Papa Emérito para felicitarle por su santo, día de San José (su nombre secular es Joseph Ratzinger). En varias ocasiones, Francisco ha afirmado que es "como tener al abuelo sabio en casa".