A pesar de la intensa lluvia, miles de personas asistieron a la Audiencia General de este miércoles con el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Después de semanas de hablar de cada uno de los miembros de la familia, el Pontífice dedicó esta catequesis al próximo Sínodo sobre la Familia e invitó de manera insistente a rezar por él y a evitar los cuchicheos y habladurías.
"La Iglesia, como madre, no abandona nunca a la familia, también cuando se ha envilecido, está herida o de muchas maneras mortificada. Ni siquiera cuando cae en el pecado o si se aleja de la Iglesia; siempre hará de todo para buscar curarla y sanarla, invitarla a conversión y reconciliarla con el Señor", dijo el Santo Padre.
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Después de pronunciar estas palabras, el Santo Padre exclamó: "¡Si esta es la tarea, parece claro de cuánta oración necesita la Iglesia para ser capaz!".
"Una oración llena de amor por la familia y por la vida. Una oración que sabe regocijarse con los que se gozan y sufrir con los que sufren", dijo.
También habló brevemente del don de la familia dado que en este día se celebra la Anunciación.
"El 25 de marzo, en efecto, la Iglesia celebra solemnemente la Anunciación, inicio del misterio de la Encarnación. El Arcángel Gabriel visita a una humilde chica de Nazaret y le anuncia que concebirá y dará a luz al Hijo de Dios".
El Papa explicó que "con este anuncio el Señor ilumina y refuerza la fe de María, como después hará también para su esposo José, para que Jesús pueda nacer en una familia humana".
Francisco comentó que "esto es muy bello" porque "nos muestra cómo de profundo es el misterio de la Encarnación, así como Dios la ha querido, que no solamente incluye la concepción en el vientre de la madre, sino también la recepción en una verdadera familia".
Después de rezar un Ave María junto a todos los fieles congregados en la Plaza, el Pontífice explicó que en muchos países se celebra este día la Jornada Por la Vida. "Por esto, hace 20 años, San Juan Pablo II en esta fecha firmó la Encíclica Evangelium Vitae. Para recordar este aniversario hoy están presentes en la plaza muchos miembros del Movimiento por la Vida".
El Papa explicó que en esta Encíclica la familia ocupa un lugar central, "ya que es el vientre de la vida humana".
Resaltó que la palabra de San Juan Pablo II "nos recuerda que la pareja humana fue bendecida por Dios desde el principio para formar una comunidad de amor y de vida, a quien se le ha confiado la misión de la procreación".
En este sentido, "los esposos cristianos, celebrando el sacramento del Matrimonio, se hacen disponibles a honrar esta bendición, con la gracia de Cristo, para toda la vida. La Iglesia, por su parte, se empeña solemnemente en cuidar de la familia que nace, como don de Dios por su misma vida, en la buena y en la mala suerte: el vínculo entre la Iglesia y la familia es sagrada e inviolable".
El Papa dijo luego que, junto a sus colaborados, "habíamos pensado proponer hoy renovar la Oración para el Sínodo de los Obispos sobre la familia".
"Volvemos a lanzar esta tarea hasta el próximo octubre, cuando tendrá lugar la Asamblea Sinodal ordinaria dedicada a la familia. Querría que esta oración, como todo el camino sinodal, sea animada por la compasión del Buen Pastor por su rebaño, especialmente por las personas y familias que por diversos motivos están 'cansadas y abatidas, como ovejas sin pastor'".
Francisco indicó que de esta manera "la Iglesia estará todavía más comprometida y todavía más unida, en el testimonio de la verdad del amor de Dios y de su misericordia con las familias del mundo, ninguna excluida, sea dentro como fuera del redil".
Poco antes de finalizar la catequesis, el Papa pidió "que no falte vuestra oración" porque tanto "Papa, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles laicos, todos estamos llamados a rezar por el Sínodo". "¡De esto hay necesidad, no de chismorreos!", añadió a continuación.
Por último, invitó a rezar también a cuantos se sienten alejados, o que no están habituados a hacerlo: "esta oración por el Sínodo de la familia es por el bien de todos".
A los peregrinos de la Plaza les habían repartido al entrar una estampa con la oración y el Papa les invitó "a conservarla y a llevarla con vosotros, así en los próximos meses podréis recitarla a menudo, con santa insistencia, como nos ha pedido Jesús". A continuación, el Pontífice pidió recitarla todos juntos y dio por concluida su catequesis.
En la última parte, la de los saludos, el Papa dirigió uno especial al Movimiento por la Vida y otras asociaciones similares que se encontraban en la Plaza para celebrar la Jornada por la vida.
Como siempre, dirigió un especial saludo a los enfermos. Antes de salir a la plaza con el papamóvil y comenzar la Audiencia, Francisco se detuvo en el Aula Pablo VI para saludar brevemente a los enfermos que siguieron desde allí el encuentro a causa de la lluvia.
Al final también les dirigió unas palabras, junto a jóvenes y recién casados: "En este misterio (de la Anunciación) vemos el diseño con el que Dios nos ha hecho participar de su vida inmortal y también la generosa disponibilidad de María, que ha acogido con fe el anuncio del Ángel. Deseo de todo corazón a vosotros jóvenes, a las personas que sufren y a los esposos noveles aquí presentes, crecer en la generosa disponibilidad hacia el Señor, siguiendo el ejemplo de la Virgen María".