Durante la conferencia prensa posterior a su visita a Ginebra (Suiza), el Papa Francisco afirmó que los gobiernos deben ser prudentes y acoger a todos los refugiados que puedan ser integrados en sus respectivos países.
Respondiendo a una pregunta sobre inmigración de la corresponsal de COPE en Italia y el Vaticano, Eva Fernández, el Santo Padre recordó que los países deben adoptar los siguientes criterios para cada uno de los refugiados: "Acoger, acompañar, educar, integrar".
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"Luego he dicho que todos los países deben hacer esto con la virtud del gobierno que es la prudencia, porque un país debe acoger todos los refugiados que pueda e integrarlos: educar, integrar, darles trabajo", recordó Francisco.
El Papa también elogió a países como Italia, Grecia, España, Turquía, Líbano, o Jordania "generosísimos en acoger" a "una ola de refugiados que huyen de las guerras y del hambre" en países de África y Medio Oriente. Sin embargo, lamentó el tráfico de inmigrantes.
"Esto hacen los traficantes. Hay un caso que conozco: que los traficantes se acercaron a un barco que acogió y les dieron las mujeres y niños, y se llevaron a los hombres. Las cárceles de los traficantes, que han regresado, son terribles, como los lagers de la Segunda Guerra Mundial (donde) se veían estas cosas: mutilaciones, tortura de un brazo… y luego los botan a los hombres a las fosas comunes", contó el Papa.
Ante esa situación, el Santo Padre reconoció que hay gobiernos que se preocupan de que los migrantes no caigan "en las manos de esta gente". "Es una preocupación mundial. Sé que los gobiernos hablan de esto y quieren hacer un acuerdo", dijo.
En ese contexto, afirmó que muchos gobiernos europeos están pensando en un plan de urgencia para "invertir inteligentemente, para dar trabajo y educación, en los países de donde viene esa gente", especialmente en África.
"Este será el camino a mediano plazo, pero por el momento los gobiernos deben ponerse de acuerdo para ir adelante con esta emergencia", acotó
Acerca de América Latina, reconoció que también existe "un problema migratorio grande", inclusive a nivel interno, porque "mucha gente deja el campo porque no hay trabajo y van a las grandes ciudades".
"También hay migraciones externas a países que dan trabajo. Hablando concretamente sobre Estados Unidos, yo estoy tras lo que dicen los obispos del país. Me quedo con ellos", dijo en referencia a la política migratoria aplicada por la Administración de Donald Trump.
