Durante la Misa de Beatificación de don Álvaro del Portillo, el Vicario General del Opus Dei, el P. Ramón Herrando, ha leído unas palabras que el Papa Francisco ha enviado con motivo de este evento en las que destacó que el Sucesor de San Josemaria Escrivá, latía el afán de llevar la Buena Nueva a todos los corazones.
La carta del Santo Padre ha sido enviada a Mons. Javier Echevarría, Prleado del Opus Dei, a quien dijo que esta beatificación "representa un momento de especial alegría para todos los fieles de esa Prelatura" y ha declarado que desea unirse a la alegría ya a dar "gracias a Dios que embellece el rostro de la Iglesia con la santidad de sus hijos".
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El Papa Francisco también ha afirmado que le gusta recordar la jaculatoria que Mons. del Portillo repetía: "Gracias, perdón y ayúdame más". "Son palabras que nos acercan a la realidad de su vida interior y su trato con el Señor y que pueden ayudarnos también a nosotros a dar un nuevo impulso a nuestra propia vida cristiana".
Sobre la palabra 'gracias' el Papa Francisco ha explicado que "es la reacción inmediata y espontánea que siente el alma frente a la bondad de Dios" y ha precisado que "el reconocimiento del amor del Señor despertó en su corazón deseos de seguirlo con mayor entrega y generosidad y a vivir una vida de humilde servicio a los demás".
Destacó luego que el nuevo Beato "nunca (tuvo) una queja o una crítica, ni siquiera en momentos especialmente difíciles, sino que, como había aprendido de San Josemaría respondía siempre con la oración, el perdón, la comprensión, la caridad sincera".
Sobre el perdón, el Papa resaltó que don Álvaro "a menudo confesaba que se veía delante de Dios con las manos vacías, incapaz de responder a tanta generosidad". "El siervo de Dios Álvaro sabía de la necesidad que tenemos de la misericordia divina y dedicó muchas energías personales para animar a las personas que trataba a acercarse al sacramento de la confesión, sacramento de la alegría. Qué importante es sentir la ternura del amor de Dios y descubrir que aún hay tiempo para amar".
'Ayúdame más', la última parte de las palabras que Mons. del Portillo solía decir, son para el Papa una explicación que "el Señor no nos abandona nunca, siempre está a nuestro lado, camina con nosotros y cada día espera de nosotros un nuevo amor. Su gracia no nos faltará y con su ayuda podemos llevar su nombre a todo el mundo".
Sobre el sentido solidario y social que latía en el corazón del sucesor de San Josemaria, el Pontífice dijo que "en el corazón del nuevo beato latía el afán de llevar la Buena Nueva a todos los corazones. Así recorrió muchos países fomentando proyectos de evangelización sin reparar en las dificultades movido por su amor a Dios ya los hermanos. Quien está muy metido en Dios sabe estar muy cerca de los hombres".
En ese sentido, el Papa Francisco ha recordado que "el beato Álvaro del Portillo nos venía un mensaje muy claro, nos dice que nos fiemos del Señor, que él es nuestro hermano, nuestro amigo que nunca nos defrauda y que siempre está a nuestro lado. Nos anima a no tener miedo de ir a contracorriente y de sufrir por anunciar el Evangelio. Nos enseña además que en la sencillez y cotidianidad de nuestra vida podemos encontrar un camino seguro de santidad".