En la tarde del jueves en Roma, 150 'sintecho' visitaron los Museos Vaticanos y pudieron admirar la Capilla Sixtina que contiene los frescos del Juicio Final de Miguel Ángel.
En una iniciativa de la Limosnería Apostólica de la Santa Sede, sobre las 17 horas el Papa Francisco entró en la Capilla acompañado de un mayordomo para saludar a los necesitados.
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Según un comunicado del Vicedirector de la Sala de Prensa del Vaticano, el P. Ciro Beneditti, el Santo Padre estrechó la mano a cada uno mientras les decía: "Bienvenido. Esta es la casa de todos, es su casa. Las puertas siempre están abiertas para todos".
El Pontífice dio las gracias al encargado de la Limosnería, el P. Konrad Kraijewki, por haber organizado la visita, definiéndola como una "pequeña caricia" para los visitantes.
Francisco también les ha pedido que rezasen por él: "Tengo necesidad de la oración de personas como ustedes".
Después invocó sobre ellos la bendición: "El Señor los guarde, los ayude en el camino de la vida y les haga sentir su tierno amor de Padre".
El Santo Padre saludó a cada uno y conversó con ellos todavía 20 minutos más.
Tras el encuentro con el Pontífice y la visita guiada a la Capilla Sixtina, los sintecho se dirigieron al restaurante de los Museos para cenar y al terminal se dirigieron a la salida.
La capilla estuvo cerrada al público durante el día, con el fin de prepararse para sus invitados de la tarde del jueves.
La iniciativa forma parte de una serie de obras de caridad realizados por el limosnero en nombre de Francisco desde su elección como Pontífice hace dos años.
La Limosnería Apostólica es la Oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad a favor de los pobres en nombre del Santo Padre. El primer Papa en organizar la Limosnería Apostólica fue el Beato Gregorio X (1271-1276) el cual estableció sus atribuciones. También Alejandro V con una Bula de 1409 reguló las formalidades y normas de la Limosnería, que siempre ha llevado a cabo sus actividades gracias a los esfuerzos continuos de los Romanos Pontífices.
El Limosnero de Su Santidad tiene dignidad arzobispal, es parte de la Casa Pontificia y, como tal, participa en las celebraciones litúrgicas y en las audiencias oficiales del Santo Padre.