El Papa Francisco develó esta mañana un busto en honor a Benedicto XVI en la sede de la Pontificia Academia para las Ciencias, donde agradeció a Dios "por el don que ha dado a la Iglesia y al mundo con la existencia del Pontificado" del Sumo Pontífice Emérito, cuyo gran amor por la verdad "no se limita a la teología y a la filosofía, sino que se abre a la ciencia".
Este busto, afirmó Francisco, "evoca a los ojos de todos la persona y el rostro del querido Papa Ratzinger. Evoca también su alma, sus enseñanzas, sus ejemplos, sus obras, su devoción a la Iglesia, su actual vida 'monástica'. Este espíritu, lejos de desmoronarse con el paso del tiempo, aparecerá de generación en generación. ¡Cada vez más grande y poderoso!".
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#PapaFrancisco estuvo esta mañana en la @CasinaPioIV donde se inauguró un busto de bronce de #BenedictoXVI pic.twitter.com/u6qeFm2J7B
- Carlos Romero ? (@CarlosRomeroV) octubre 27, 2014
"¡Benedicto XVI: un gran Papa! Grande por la fuerza y penetración de su inteligencia, grande por su relevante contribución a la teología, grande por su amor a la Iglesia y a los seres humanos, grande por su virtud y su religiosidad", expresó.
En ese sentido, Francisco destacó que el amor de Benedicto XVI por la verdad "no se limita a la teología y a la filosofía, sino que se abre a la ciencia". "Su amor por la ciencia se vierte en su preocupación por los científicos, sin distinción de raza, nacionalidad, civilización, religión; preocupación por la Academia, de cuando San Juan Pablo II lo nombró miembro", recordó.
El Santo Padre afirmó que Benedicto XVI supo honrar a la Pontificia Academia para la Ciencias con su presencia y su palabra, nombró a muchos de sus miembros, entre el actual presidente Werner Arber. Asimismo, recordó que fue el primero en invitar al Sínodo sobre la nueva evangelización a un presidente de la misma, consciente de la importancia de la ciencia en la cultura moderna.
"Por cierto, nunca se podrá decir de él que el estudio y la ciencia hayan hecho de él una persona árida, así como tampoco volvieron árido su amor a Dios y al prójimo. Todo lo contrario. La ciencia, la sabiduría y la oración han dilatado su corazón y su alma. ¡Demos gracias a Dios por el don que ha hecho a la Iglesia y al mundo con la existencia y el Pontificado del Papa Benedicto!", expresó.