El Papa Francisco recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano al presidente de la República de Corea, conocida también como Corea del Sur, este jueves 18 de octubre.
El presidente coreano Moon Jae-in se reunió posteriormente con el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, y con el Secretario de Estado para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Richard Gallagher.
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Según informó la Sala de Prensa del Vaticano por medio de un comunicado, durante estos tres encuentros, celebrados en un ambiente cordial, se habló sobre las buenas relaciones bilaterales entre Corea del Sur y la Santa Sede.
Se ha puesto de relieve "la contribución positiva que la Iglesia ofrece en ámbito social, educativo y sanitario, así como en la promoción del diálogo y la reconciliación entre los coreanos".
Asimismo, "se ha expresado gran aprecio por el esfuerzo común de favorecer toda iniciativa útil que consienta superar las tensiones que existen todavía en la península de Corea, para abrir una nueva estación de paz y desarrollo. Finalmente, se abordaron algunas cuestiones de carácter regional".
Ayer miércoles 17 de octubre, el Cardenal Parolin presidió en el Vaticano una "Misa por la Paz" en la península de Corea, a la que asistió el presidente Moon Jae-in.
En diversas ocasiones, el Papa Francisco ha pedido oraciones por la paz entre las dos Coreas y, en especial, por la distensión entre Corea del Norte y Estados Unidos ante la amenaza de un enfrentamiento que podría suponer el empleo de armamento nuclear.
La península de Corea está dividida en dos estados desde la Guerra de Corea, en la que también intervinieron Estados Unidos y la Unión Soviética. El conflicto finalizó en 1953 con el establecimiento de la frontera entre el norte comunista y el sur democrático en el "paralelo 38".
En Corea del Norte toda práctica cristiana libre es seriamente perseguida, a pesar de que su capital, Pyongyang, estuvo considerada como la Jerusalén Oriental por acoger a uno de los principales centros cristianos del noreste asiático.
Corea del Norte lidera el ranking de los países donde se produce mayor persecución religiosa.
Únicamente a partir de 1988 se permitió la práctica cristiana dentro de la Asociación Católica Coreana, bajo un férreo control de las autoridades comunistas y sin ninguna relación con Roma.
La sede episcopal de Pyongyang permanece vacante, su último obispo fue designado en el año 1944. En la actualidad, no hay clero católico en Corea del Norte.