El Papa Francisco destacó que con la fiesta del Bautismo del Señor de este 10 de enero concluye el tiempo de Navidad y en la liturgia comenzará el tiempo ordinario por lo que ofreció una recomendación.
"Mañana, queridos hermanos y hermanas, al final del tiempo de Navidad, reanudaremos el camino del tiempo ordinario con la liturgia. No nos cansemos de invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que nos ayude a vivir con amor las cosas cotidianas y así hacerlas extraordinarias", invitó el Papa.
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En esta línea, el Santo Padre señaló que "es el amor lo que cambia: las cosas ordinarias parecen seguir siendo ordinarias, pero cuando se hacen con amor se vuelven extraordinarias" y agregó que "si permanecemos abiertos, dóciles al Espíritu, Él inspira nuestros pensamientos y acciones todos los días".
Previamente, el Pontífice reflexionó en el Bautismo de Jesús en el río Jordán y subrayó que en la narración del Evangelio de San Marcos se describe cuando extraordinariamente "los cielos se abren y se desvela finalmente la Trinidad" y el Espíritu Santo "desciende en forma de paloma y el Padre dice a Jesús: 'Tú eres mi Hijo muy querido'".
De este modo, el Santo Padre resaltó que "Jesús se hace siervo de los pecadores y es proclamado Hijo; baja hacia nosotros y el Espíritu desciende sobre Él".
"Amor llama amor. Vale también para nosotros: en cada gesto de servicio, en cada obra de misericordia que realizamos Dios se manifiesta y fija su mirada en el mundo. Y esto vale para nosotros", advirtió el Papa.
Por ello, el Santo Padre invitó a recordar siempre que "antes de que hagamos cualquier cosa, nuestra vida está marcada por la misericordia que se ha fijado sobre nosotros" y añadió "¡hemos sido salvados, pero gratuitamente, la salvación es gratis!".