El Papa Francisco pidió el apoyo al desarrollo local de las zonas rurales para "lograr que cada persona y cada comunidad pueda desplegar sus propias capacidades de un modo pleno, viviendo así una vida humana digna de tal nombre". Así lo dijo este 14 de febrero durante su visita a la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El motivo de la visita fue el participar a la ceremonia de apertura de la 42º sesión del Consejo de Gobernadores del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) en la sede de la FAO. Se trató de la tercera visita del Papa Francisco a esta sede en Roma tras las realizadas el 20 de noviembre de 2014 y el 16 de octubre de 2017.
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A su llegada, el Santo Padre escribió en el libro de honor que mostraba sus mejores deseos y su oración "para que sigan, con la valentía que los caracteriza, en su trabajo en pro de las zonas rurales". Y por ello, les agradeció su "valentía y esfuerzo".
Durante su discurso, el Papa Francisco dijo que con su visita quería llevar "los anhelos y necesidades de la multitud de hermanos nuestros que sufren en el mundo". "Me gustaría que pudiéramos mirar sus rostros sin sonrojarnos, porque finalmente su clamor ha sido escuchado y sus preocupaciones atendidas", señaló.
Una vez más, el Papa alertó sobre el hambre y miseria en el mundo y afirmó que "el hambre no tiene presente ni futuro. Solo pasado". Por lo que reiteró la necesidad de "la ayuda de la comunidad internacional, de la sociedad civil y de cuantos poseen recursos. Las responsabilidades no se evaden, pasándolas de unos a otros, sino que se van asumiendo para ofrecer soluciones concretas y reales".
En esta línea, el Pontífice recordó que "la Santa Sede siempre ha alentado los esfuerzos desplegados por las agencias internacionales para afrontar la pobreza" y citó a San Pablo VI en diciembre de 1964 cuando pidió en Bombay (India) "la creación de un Fondo mundial para combatir la miseria y dar un impulso decisivo a la promoción integral de las zonas más depauperadas de la humanidad". "Desde entonces, sus sucesores no hemos cesado de animar e impulsar iniciativas semejantes, uno de cuyos ejemplos más notorios es el del FIDA", explicó.
De este modo, el Santo Padre aseguró que esta 42º sesión del Consejo de Gobernadores del FIDA "sigue en esta lógica y tiene ante ella un trabajo fascinante y crucial: crear posibilidades inéditas, despejar vacilaciones y poner a cada pueblo en condiciones de afrontar las necesidades que lo afligen" y agregó que la comunidad internacional necesita de la aportación del FIDA para combatir "la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre y la promoción de la soberanía alimentaria".
"Nada de ello será posible sin lograr el desarrollo rural, un desarrollo del que viene hablándose desde hace tiempo pero que no termina de concretarse. Y resulta paradójico que buena parte de los más de 820 millones de personas que sufren hambre y malnutrición en el mundo viva en zonas rurales, se dedique a la producción de alimentos y sea campesina", destacó.
Así, el Papa insistió en la importancia del desarrollo local que "tiene valor en sí mismo y no en función de otros objetivos. Se trata de lograr que cada persona y cada comunidad pueda desplegar sus propias capacidades de un modo pleno, viviendo así una vida humana digna de tal nombre", dijo.
De este modo, el Papa Francisco exhortó "a cuantos tienen responsabilidad en las naciones y en los organismos intergubernamentales, así como a quienes pueden contribuir desde el sector público y privado, a desarrollar los cauces necesarios para que puedan implementarse las medidas adecuadas en las regiones rurales de la tierra, para que puedan ser artífices responsables de su producción y progreso".
Sumar esfuerzos
Por otro lado, el Santo Padre recordó que los problemas "no podrán resolverse de forma aislada, ocasional o efímera. Hoy más que nunca hemos de sumar esfuerzos, lograr consensos, estrechar vínculos", pidió, porque "los retos actuales son tan intrincados y complejos que no podemos seguir afrontándolos de forma ocasional, con resoluciones de emergencia".
"Habría que otorgar protagonismo directo a los propios afectados por la indigencia, sin considerarlos meros receptores de una ayuda que puede acabar generando dependencias. Se trata de afirmar siempre la centralidad de la persona humana, recordando que los nuevos procesos que se van gestando no siempre pueden ser incorporados en esquemas establecidos desde afuera, sino que deben partir de la misma cultura local".
En este sentido, y como viene ocurriendo en los últimos años, el Papa dijo que el FIDA "ha conseguido mejores resultados a través de una mayor descentralización, impulsando la cooperación sur-sur, diversificando las fuentes de financiación y los modos de actuación, promoviendo una acción basada en las evidencias y que, a la vez, genera conocimiento" por lo que los animó "a continuar por este camino, que debe redundar siempre en la mejora de las condiciones de vida de las personas más menesterosas".
Apostar por la innovación
Finalmente, el Santo Padre expresó algunas consideraciones en torno a la temática 'Innovaciones e iniciativas empresariales en el mundo rural', que guía esta sesión del Consejo de Gobernadores del FIDA y dijo que "es necesario apostar por la innovación, la capacidad de emprendimiento, el protagonismo de los actores locales y la eficiencia de los procesos productivos para lograr la transformación rural con vistas a erradicar la desnutrición y a desarrollar de forma sostenible el medio campesino".
En ese contexto, el Pontífice remarcó la importancia de "fomentar una 'ciencia con conciencia' y poner la tecnología realmente al servicio de los pobres" y evitando que las nuevas tecnologías se contrapongan a las culturas locales y a los conocimientos tradicionales, "sino complementarlos y actuar en sinergia con los mismos".
Por último, el Papa Francisco animó a quienes trabajan en el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola para que "sus trabajos, desvelos y deliberaciones sean en beneficio de los descartados y víctimas de la indiferencia y el egoísmo; y podamos ver la derrota total del hambre y una copiosa cosecha de justicia y prosperidad", concluyó.
Posteriormente, el Papa se reunió con un grupo de 38 representantes indígenas de 31 pueblos diferentes procedentes de América, África, Asia y del área del Pacífico.