El Papa Francisco no aceptó la renuncia que el Cardenal Reinhard Marx le presentó como Arzobispo de Múnich y le dijo que "la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis" de abusos.
El Cardenal Reinhard Marx, de 67 años, fue presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y es miembro del Consejo de Cardenales que asesora al Pontífice en la reforma de la Curia. Había presentado su renuncia el pasado 4 de junio tras reconocer su responsabilidad en la mala gestión de casos de los casos de abusos sexuales por parte del clero alemán.
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"Esta es mi respuesta, querido hermano. Continúa como lo propones pero como Arzobispo de Múnich y Freising. Y si te viene la tentación de pensar que, al confirmar tu misión y al no aceptar tu dimisión, este Obispo de Roma (hermano tuyo que te quiere) no te comprende, pensá en lo que sintió Pedro delante del Señor cuando, a su modo, le presentó la renuncia: 'apártate de mí que soy un pecador', y escuchá la respuesta: 'pastorea a mis ovejas'", aseguró el Papa Francisco ante la petición de renuncia del Cardenal Marx a sus cargos en una carta enviada este jueves 10 de junio.
En la carta enviada al cardenal, el Santo Padre reconoce que "toda la Iglesia está en crisis a causa del asunto de los abusos" e insiste en que "la Iglesia hoy no puede dar un paso adelante sin asumir esta crisis".
"La política del avestruz no lleva a nada, y la crisis tiene que ser asumida desde nuestra fe pascual. Los sociologismos, los psicologismos, no sirven. Asumir la crisis, personal y comunitariamente, es el único camino fecundo porque de una crisis no se sale solo sino en comunidad y además debemos tener en cuenta que de una crisis se sale o mejor o peor, pero nunca igual", afirmó el Papa.
El Papa Francisco agradece al Cardenal Marx por la valentía mostrada en la carta de renuncia: "Es un coraje cristiano que no teme la cruz, no teme anonadarse delante la tremenda realidad del pecado. Así lo hizo el Señor. Es una gracia que el Señor te ha dado y veo que vos la querés asumir y custodiar para que dé fruto. Gracias".
El Pontífice da la razón al Cardenal cuando define de "catástrofe" "la triste historia de los abusos sexuales y el modo de enfrentarlo que tomó la Iglesia hasta hace poco tiempo".
Asimismo, el Papa afirmó que "caer en la cuenta de esta hipocresía en el modo de vivir la fe es una gracia, es un primer paso que debemos dar. Tenemos que hacernos cargo de la historia, tanto personal como comunitariamente. No se puede permanecer indiferente delante de este crimen. Asumirlo supone ponerse en crisis".
El Papa Francisco señaló la necesidad de pronunciar un "mea culpa" ante errores históricos del pasado, "aunque personalmente no hayamos participado en esa coyuntura histórica. Y esta misma actitud es la que se nos pide hoy".
Aseguró que "se nos pide una reforma" [en la carta, el Papa subraya la palabra reforma], una reforma que, "en este caso, no consiste en palabras sino en actitudes que tengan el coraje de ponerse en crisis, de asumir la realidad sea cual sea la consecuencia".
"Toda reforma comienza por sí mismo. La reforma en la Iglesia la han hecho hombres y mujeres que no tuvieron miedo de entrar en crisis y dejarse reformar a sí mismos por el Señor. Es el único camino, de lo contrario no seremos más que 'ideólogos de reformas' que no ponen en juego la propia carne".
Además, el Papa Francisco se mostró muy crítico con la política de ocultamiento de casos de abusos: "Bien decís en tu carta que a nada nos lleva sepultar el pasado. Los silencios, las omisiones, el dar demasiado peso al prestigio de las Instituciones sólo conducen al fracaso personal e histórico, y nos llevan a vivir con el peso de 'tener esqueletos en el armario', como reza el dicho".
Por ello, "es urgente 'ventilar' esta realidad de los abusos y de cómo procedió la Iglesia, y dejar que el Espíritu nos conduzca al desierto de la desolación, a la cruz y a la resurrección. Es camino del Espíritu el que hemos de seguir, y el punto de partida es la confesión humilde: nos hemos equivocado, hemos pecado".
El Papa advirtió que "no nos salvarán las encuestas ni el poder de las instituciones. No nos salvará el prestigio de nuestra Iglesia que tiende a disimular sus pecados; no nos salvará ni el poder del dinero ni la opinión de los medios (tantas veces somos demasiado dependientes de ellos)".
Por el contrario, "nos salvará abrir la puerta al Único que puede hacerlo y confesar nuestra desnudez: 'he pecado', 'hemos pecado'…, y llorar, y balbucear como podamos aquel 'apártate de mí que soy un pecador', herencia que el primer Papa dejó a los Papas y a los Obispos de la Iglesia. Y entonces sentiremos esa vergüenza sanadora que abre las puertas a la compasión y ternura del Señor que siempre nos está cercana".
Renuncia del Cardenal Marx
La Archidiócesis de Múnich y Freising publicó la carta de renuncia del Cardenal Marx dirigida al Papa Francisco el pasado 4 de junio, aunque estaba fechada el 21 de mayo.
En ella, el purpurado argumentaba como razón de su renuncia su responsabilidad en la gestión de los casos de abusos sexuales en la Iglesia en Alemania.
Aseguraba en la carta que la crisis "crisis también ha sido causada por nuestro propio fracaso, por nuestra propia culpa".
Para leer la carta completa del Papa Francisco al Cardenal Marx, acceda AQUÍ.