Desde la ventana del estudio en el Palacio Apostólico, el Papa Francisco comentó el Evangelio del día y después rezó el Ángelus junto a miles de fieles que los escucharon desde la Plaza de San Pedro recordar cual es la verdadera misión del cristiano: ser testimonio alegre del Evangelio.
El Papa aseguró que "la del cristiano en el mundo es una misión estupenda y destinada a todos" y "ninguno está excluido; ella requiere mucha generosidad y sobre todo la mirada y el corazón dirigida a lo alto para invocar la ayuda del Señor". "Hay mucha necesidad de cristianos que testimonien con alegría el Evangelio cada día".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Francisco, dirigiéndose a fieles y pastores, subrayó que "estamos llamados a aprender cada vez más el arte de estar alegres, no por motivos humanos, sino por la certeza de que 'nuestros nombres están escritos en el cielo, es decir, que estamos predestinados a ser impregnados del amor de Jesús, ya en esta tierra, y sobre todo en la otra vida".
Francisco pidió invocar a Dios "el Señor de la mies, para que mande obreros a su mies". "Los 'obreros' de los que habla Jesús son los misioneros del Reino de Dios, que Él mismo llamaba y enviaba de dos en dos a cada ciudad". El Papa explicó que su misión era "anunciar un mensaje de salvación para todos diciendo 'está cerca el Reino de Dios'".
"Los misioneros anuncian siempre un mensaje de salvación a todos. No solo los misioneros que van lejos, también nosotros, misioneros cristianos, decimos una buena palabra de salvación. Este es el don que nos da Jesús con el Espíritu Santo. Este anu
"Jesús ha 'acercado' a Dios a nosotros; en Jesús Dios reina en medio de nosotros, su amor misericordioso vence del pecado y la miseria humana", dijo el Papa.
Francisco afirmó que "esta es la Buena Noticia que los 'obreros' deben llevar a todos: un mensaje de esperanza y de consuelo, de paz y de caridad".
"El Reino de Dios se construye día a día y ofrece ya en esta tierra sus frutos de conversión, de purificación, de amor y de consuelo entre los hombres".
El Pontífice explicó también que el discípulo de Jesús, para desarrollar esta misión, debe "ser consciente de la realidad difícil y a veces hostil que lo espera". "Jesús sabe que la misión viene obstaculizada por el maligno", recordó.
"El obrero del Evangelio se esforzará por ser libre de condicionamientos humanos de todo género, no llevando bolsa, ni sandalias, ni dinero, como ha recomendado Jesús para confiar solo en la potencia de la Cruz de Cristo".
Francisco añadió que "esto significa abandonar cada motivo de orgullo personal y hacerse humildemente instrumento de la salvación obrada por el sacrifico de Jesús, muerto y resucitado por nosotros".
El Pontífice concluyó pidiendo al Espíritu Santo que "todos los bautizados sean testimonios de Cristo, constructores de comunidades cristianas ricas de fe y caridad, renovadoras del mundo según el Evangelio".
Después de rezar y saludar a los peregrinos, el Papa recordó, con motivo del Jubileo de la Misericordia, que el próximo miércoles se celebra la memoria de Santa María Goretti, "la joven mártir que antes de morir perdonó a sus asesinos". "¡Esta joven valiente merece un aplauso de toda la Plaza!!, pidió.
También te puede interesar:
El Papa analiza en nueva entrevista su relación con el gobierno de Argentina https://t.co/xA3XGdYM5h
- ACI Prensa (@aciprensa) 3 de julio de 2016