El Papa Francisco reflexionó sobre la disminución de los miembros de la Compañía de Jesús (jesuitas), y advirtió que seguirán disminuyendo pues Dios es quien los llama a la "humillación".
Así lo indicó el Santo Padre en su encuentro con los jesuitas de Grecia el pasado 4 de diciembre, en la Nunciatura Apostólica en Atenas. El contenido del diálogo de ese día fue publicado este jueves por la revista jesuita La Civiltá Cattolica.
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"Una cosa que reclama la atención es el debilitamiento de la Compañía. Cuando entré al noviciado éramos 33 mil jesuitas. ¿Ahora cuántos somos? Más o menos la mitad y seguiremos disminuyendo en número", dijo el Pontífice en el encuentro.
"Este dato es común a muchas órdenes y congregaciones religiosas. Tiene un significado y debemos preguntarnos cuál es. En definitiva, esta disminución no depende de nosotros. La vocación la manda el Señor".
El Papa Francisco dijo que si la vocación "no llega, no depende de nosotros. Creo que el Señor nos está dando una enseñanza para la vida religiosa. Para nosotros tiene un significado en el sentido de la humillación".
"En los ejercicios espirituales, Ignacio apunta siempre a esto: a la humillación. Sobre la crisis vocacional el jesuita no puede permanecer al nivel de la explicación sociológica. Esto es, en el mejor de los casos, la mitad de la verdad", dijo el Papa.
Los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús a quien el Papa hace referencia, son un esquema de retiro que se realiza en aproximadamente 30 días con el acompañamiento de un director espiritual.
San Ignacio los define como "todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de razonar, de contemplar; todo modo de preparar y disponer el alma, para quitar todas las afecciones desordenadas (apegos, egoísmos) con el fin de buscar y hallar la voluntad divina".
En el encuentro con los jesuitas en Grecia, el Papa Francisco resaltó que "la verdad más profunda es que el Señor nos lleva a la humillación de los números para abrir a cada uno el camino hacia el 'tercer grado de humildad', que es la única fecundidad jesuítica que vale".
"El tercer grado de humildad es el objetivo de los ejercicios. La gran revista científica hoy no existe más. ¿Qué quiere decir el Señor con esto? ¡Humillados, humillados! No sé si me he explicado. Debemos acostumbrarnos a la humillación".