El Papa Francisco pidió a quienes trabajan en la comunicación del Vaticano "aprender el lenguaje de los mártires" para comunicar "con el testimonio" es decir, como "testigos de Cristo".
Así lo dijo el Santo Padre este 23 de septiembre al recibir a la plenaria del Dicasterio para la Comunicación en la Sala Regia del Vaticano.
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"Comunicar con el testimonio, comunicar implicándose en la comunicación, comunicar con los sustantivos de las cosas, comunicar como mártires, es decir, como testigos de Cristo, como mártires", pidió el Papa en un discurso improvisado.
En esta línea, Francisco pidió al numeroso grupo de casi 500 personas "aprender el lenguaje de los mártires, que es el lenguaje de los Apóstoles" y animó a leer el Libro de los Hechos de los Apóstoles para ver "cómo se comunicaba en aquel tiempo y cómo es la comunicación cristiana".
Tras el saludo del Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, el Pontífice bromeó que el discurso escrito preparado era largo -de siete páginas- por lo que dijo "estoy seguro de que después de la primera la mayoría se dormirá, y no podré comunicar... Por esta razón, doy este discurso al Dr. Ruffini, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido, para que se lo dé a todos".
Por eso, el Santo Padre dijo que hablaría espontáneamente "para decir lo que tengo en mi corazón sobre la comunicación. Al menos creo que no habrá muchos que se queden dormidos, ¡y podemos comunicarnos mejor!".
La comunicación vaticana no es publicidad
El Papa Francisco expresó que "el comienzo de la comunicación no es un trabajo de oficina, como la publicidad, por ejemplo".
"Comunicar es precisamente tomar del Ser de Dios y tener la misma actitud; no poder permanecer solo: la necesidad de comunicar lo que tengo y creo que es lo verdadero, lo justo, lo bueno y lo bello. Comunicarse. Y ustedes son especialistas de comunicación, son técnicos de comunicación. No debemos olvidar esto. Se comunica con el alma y el cuerpo; se comunica con la mente, el corazón, las manos; se comunica con todo".
En este sentido, el Papa señaló que "el verdadero comunicador lo da todo, se entrega totalmente. Como decimos en mi tierra: 'Pone toda la carne en el asador', todo, no escatima para sí mismo. Y es verdad que la mayor comunicación es el amor. En el amor está la plenitud de la comunicación: el amor a Dios y entre nosotros".
De este modo, el Pontífice dijo que la comunicación no debe ser "publicidad, solo publicidad. No deben hacer como las empresas humanas que intentan tener más gente... En una palabra técnica: no tienen que hacer proselitismo".
"Me gustaría que nuestra comunicación fuera cristiana y no un factor de proselitismo. No es cristiano hacer proselitismo. Benedicto XVI lo dijo muy claramente: 'La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción', es decir, por el testimonio", pidió el Papa.
Por ello, Francisco reiteró que la comunicación vaticana "debe ser testimonio. Si quieren comunicar más o menos una verdad, sin la bondad ni la belleza, deténganse, no lo hagan. Si quieren comunicar una verdad más o menos, pero sin involucrarse, sin dar testimonio de esa verdad con su propia vida, con su propia carne, paren, no lo hagan".
Asimismo, el Papa alertó sobre "la tentación de la resignación", y explicó que "somos pocos, pero no pocos como los que se defienden porque somos pocos y el enemigo es mayor; pocos como la levadura, pocos como la sal: ¡ésta es la vocación cristiana! No debemos avergonzarnos de ser pocos; y no debemos pensar: 'No, la Iglesia del futuro será una Iglesia de los elegidos'. Caeremos de nuevo en la herejía de los esenios. Y así se pierde la autenticidad cristiana. Somos una Iglesia de unos pocos, pero como levadura. Jesús lo dijo. Como la sal. La resignación a la derrota cultural -permítanme llamarlo así- viene del mal espíritu, no de Dios", dijo.
"No tengan miedo. ¿Somos pocos? Sí, pero con el deseo de 'misionar', de mostrar a los demás quiénes somos. Con el testimonio. Una vez más repito esta frase de San Francisco a sus hermanos, cuando los envía a predicar: 'Prediquen el Evangelio, y si es necesario, también con palabras'. Es decir, con el testimonio en primer lugar".
Por último, el Santo Padre pidió pasar "de la cultura del adjetivo a la teología del sustantivo. Y ustedes deben comunicar de esta manera. ¿Cómo, conoces a esa persona? 'Ah, esa persona es así, así…': inmediatamente el adjetivo. Primero el adjetivo, quizás, luego, después, cómo es la persona… Esta cultura del adjetivo ha entrado en la Iglesia y nosotros, todos los hermanos, nos olvidamos de ser hermanos para decir que esto es 'tan' hermano, es decir, 'en el otro sentido' hermano: primero el adjetivo".
"Su comunicación debe ser austera pero bella: ¡la belleza no es arte rococó, la belleza no necesita estas cosas rococó; la belleza se manifiesta desde el mismo sustantivo, sin fresas en el pastel! Creo que tenemos que aprender esto", invitó el Papa.
Finalmente, el Pontífice agradeció por el trabajo que realizan y los animó a seguir con alegría. "Comunicar la alegría del Evangelio: esto es lo que el Señor nos pide hoy. Y gracias, gracias por su servicio y gracias por ser el primer dicasterio encabezado por un laico en mente. ¡Sigan así! Gracias".