Al concluir la Misa en el Santuario Nacional de Šaštín (Eslovaquia), el Papa Francisco regaló una "rosa de oro" a Nuestra Señora de los Siete Dolores, un antiguo gesto que expresa reverencia a la Virgen María.
En el último día de su viaje apostólico a Hungría y Eslovaquia, que comenzó el pasado 12 de septiembre, el Santo Padre celebró una Misa multitudinaria en Šaštín, donde asistieron más de 50 mil personas.
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El Pontífice rezó junto con los obispos eslovacos una oración a Nuestra Señora de los Siete Dolores, que fue declarada patrona del país en 1927 por el Papa Pio XI.
? VIDEO | En el último día de su viaje el #PopeInSlovakia celebró una Misa ante miles de personas en la explanada del Santuario Nacional de Nuestra Señora de los Siete Dolores, rezó ante su imagen y le regaló una rosa de oro. pic.twitter.com/B9o4V9YvF0
- ACI Prensa (@aciprensa) September 15, 2021
Al finalizar la Eucaristía, el Papa Francisco regaló una rosa a la Virgen Dolorosa que depositó a los pies de la imagen que presidió el altar, un acto que es exclusivo de los Pontífices cuando visitan un santuario.
"Un gesto antiguo para expresar reverencia a la Virgen María", señaló Vatican News.
El Santo Padre también regaló un cáliz al Arzobispo de Bratislava, Mons. Stanislav Zvolensky.
El Santuario Nacional de Šaštín, también conocida como Basílica de los Siete Dolores, fue declarado Basílica Menor por San Juan Pablo II, quien celebró aquí una Misa ante 200 mil fieles en 1995. Se trata de un templo del siglo XVI que ha marcado la historia de Eslovaquia desde entonces.
La imagen de la Virgen de los Siete Dolores tiene una historia de curaciones milagrosas. Se han estudiado hasta 726 casos.
En su homilía, centrada en la importancia de María en la historia de la salvación, el Papa Francisco recordó que "María es la Madre que nos da al Hijo Jesús. Por eso la amamos y la veneramos. Y el pueblo eslovaco acude con fe y devoción a este Santuario nacional de Šaštín, porque sabe que es Ella la que nos da a Jesús".
Destacó que "María es el camino que nos introduce en el Corazón de Cristo, que ha dado la vida por amor a nosotros".
"Podemos mirar a María como modelo de la fe", sugirió. De esa manera "reconocemos tres características de la fe: el camino, la profecía y la compasión".