El Papa Francisco presidió este domingo el rezo del Ángelus ante miles de peregrinos que le acompañaron desde la Plaza de San Pedro. "¿Creemos que Jesús nos puede curar y nos puede despertar de la muerte?", preguntó el Santo Padre a los asistentes.
"Todo el Evangelio está escrito en la luz de esta fe: Jesús ha resucitado, ha vencido la muerte, y por su victoria también nosotros resurgiremos", aseguró.
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Francisco recordó que en el Evangelio de hoy se relata la resurrección de una niña, hija de un jefe de la sinagoga que le hace una súplica a Jesús. Esto, señaló, "nos invita a vivir en la certeza de la resurrección" puesto que "la Resurrección de Cristo actúa en la historia como principio de renovación y de esperanza".
"En esta oración escuchamos la preocupación de cada padre por la vida y el bien de sus hijos", pero también "la gran fe que ese hombre tiene en Jesús".
El Papa señaló que "da valentía esta palabra de Jesús, y también nos la dice a nosotros tantas veces: 'no teman, solamente tengan fe'".
Pero el Evangelista también cuenta la curación de una mujer que sufría pérdidas de sangre, la conocida como "hemorroísa". En la cultura de ese tiempo, recordó Francisco, una mujer que padecía este mal "era considerada impura" y "debía evitar todo contacto humano: estaba condenada a una muerte civil".
En la curación de la niña "se ve el poder absoluto de Jesús sobre la muerte física, que para Él es como un sueño del cual se puede despertar". Sin embargo, explicó, "quien cree 'toca' a Jesús y extrae de Él la gracia que salva". Y "la fe es esto, tocar a Jesús y recibir de Él la gracia que salva. Nos salva la vida espiritual, nos salva de tantos problemas…".
"Jesús se da cuenta y en medio de la gente busca el rostro de aquella mujer", recordó el Papa, indicando que "cada vez que Jesús se acerca a nosotros cuando vamos donde Él con la fe sentimos esto del Padre: 'Hijo, tú eres mi hijo, tú eres mi hija, tú eres curado, tú eres curada, yo perdono todo, yo sano a todos y todos'".
"Estos dos episodios –una curación y una resurrección– tienen un único centro: la fe".
El Papa explicó que "esta fe, que para los primeros cristianos era segura, puede empañarse y hacerse incierta al punto de que alguno confunda resurrección con reencarnación". Sin embargo, "la Palabra de Dios este domingo nos invita a vivir en la certeza de la resurrección: Jesús es el Señor, tiene poder sobre el mal y sobre la muerte, y quiere llevarnos a la casa del Padre, donde reina la vida".
"Y allí nos encontraremos todos, todos los que estamos aquí en la Plaza hoy nos encontraremos en la casa del Padre, en la vida que Jesús nos dará".
Así, dijo, "cualquiera que esté desesperado y cansado hasta la muerte, si se confía a Jesús y a su amor puede recomenzar a vivir", y también "comenzar una nueva vida, cambiar de vida es un modo de resurrección, de resucitar" de tal forma que "la fe es una fuerza de vida, da plenitud a nuestra humanidad; y quien cree en Cristo se debe reconocer, ya que promueve la vida en toda situación, para hacer experimentar a todos, especialmente a los más débiles, el amor de Dios que libera y salva".
Por último el Santo Padre pidió "el don de una fe fuerte y valiente, que nos lleve a ser difusores de esperanza y de vida entre nuestros hermanos".