Al recibir a los participantes del VI Congreso Misionero Juvenil en Italia, el Papa Francisco los alentó a no vivir como "muertos" sino como resucitados; y les propuso tres verbos para su misión cotidiana.
"Todo cristiano, bautizado en agua y Espíritu Santo, es llamado a vivir como inmerso en una Pascua perenne y así vivir como resucitado. ¡No vivir como un muerto sino como resucitado! Este don no es solo para nosotros sino que está destinado a ser compartido con todos", dijo el Santo Padre a los jóvenes, que también celebran los 50 años de la "Misión Jóvenes".
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El Santo Padre resaltó que la misión debe estar motivada por el entusiasmo de poder "compartir esta felicidad con los otros. Una experiencia de fe bella y enriquecedora, que sabe afrontar las inevitables resistencias de la vida, se hace naturalmente convincente".
"Cuando alguno cuenta el Evangelio con la propia vida, esto hace un surco en los corazones más duros", subrayó Francisco.
En su discurso, el Papa propuso "tres verbos, fáciles de recordar, que considero fundamentales para la misión hoy, especialmente de los jóvenes" y que son tomados del Nuevo Testamento. "Estos verbos son levantarse, cuidar a los hermanos y dar testimonio", dijo.
1.- Levantarse
El primer verbo aparece en el Evangelio de Lucas, en el relato en el que Jesús resucita al hijo de la viuda Nain (Lc 7, 11-17), considerando que "la muerte de un hijo, en esa circunstancia, significaba la pérdida de todo".
En el pasaje evangélico, el Señor toca al joven y le dice "A ti te digo, ¡levántate!".
"Esta palabra de Jesús llega aún hoy al corazón de muchos jóvenes y a cada uno le propone la invitación a levantarse", indicó el Papa.
"Este es un primer sentido de la misión que los invito a reflexionar: Jesús nos da la fuerza para levantarnos y nos pide salir de la muerte del replegarnos sobre nosotros mismos, de la parálisis del egoísmo, de la pereza, de la superficialidad, de esta parálisis que está un poco en todos lados".
2.- Cuidar a los hermanos
Para explicar esta acción, el Santo Padre recordó el pasaje del Buen Samaritano (Lc 10, 25-37), quien pese a pertenecer a un pueblo que "no tenía mucha amistad" con los judíos, se detiene a ayudar al hombre herido que encontró en el camino, a diferencia de los dos ministros de culto que lo vieron y pasaron de largo.
Cuidar, explicó el Papa, es "vivir la caridad de modo dinámico e inteligente. Hoy necesitamos personas, en particular jóvenes, que tengan ojos para ver las necesidades de los más débiles y un gran corazón que los haga capaces de entregarse totalmente".
"También ustedes están llamados a dar fruto con sus capacidades y poner en servicio su inteligencia, para organizar la caridad con proyectos de amplio rango. ¡Hoy les toca ser los primeros!".
3.- Dar testimonio
El tercer verbo aparece en el libro de los Hechos de los Apóstoles (1,8), cuando todos reciben el Espíritu Santo en Pentecostés y son enviados "a dar testimonio en Jerusalén, Judea y Samaria, hasta los confines de la tierra".
"Por esto les confío el tercer verbo del misionero cristiano: testimonia con tu vida. Quien no da testimonio con la vida y hace la finta es como uno que pone la mano pero no escribe la firma y dice 'te regalo esto'. No sirve para nada".
El Papa Francisco resaltó que "dar testimonio es poner la firma en las propias riquezas, en las capacidades, en la propia vocación. Por favor, muchachos y muchachas, ¡pongan siempre la firma! Pongan su corazón en ello".
El Santo Padre alentó a los jóvenes a ser siempre "misioneros de la alegría y del amor", como San Oscar Romero y el Papa San Pablo VI.
"El anuncio se hace con la sonrisa, pero no con la sonrisa profesional, como de publicidad de pasta dental. No, con eso no, eso no sirve. El anuncio se hace con la sonrisa del corazón y no con la tristeza", concluyó.