Irene Kyamummi es la ganadora del premio Harambee 2020 a la promoción e igualdad de la mujer africana por el proyecto Child Health Project (CHP) que proporciona atención y conocimientos sanitarios a niños en Kenia.
Kyamummi agradeció el reconocimiento y aseguró que lo comparte "con miles de mujeres del África subsahariana, que comienzan pequeñas empresas familiares".
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Irene Kyamummi comenzó a trabajar como médico en Uganda en el proyecto "TB-Child Project" para tratar a niños con tuberculosis. Posteriormente inició en Kenia el "Child Health Project" (CHEP) cuya meta es disminuir la mortalidad infantil afrontando la malnutrición, además de dar atención sanitaria y conocimientos a los niños en las escuelas y a través de ellos, a las familias entre la población de Limuru, una localidad rural de las afueras de Nairoibi.
"Me atraía mucho la posibilidad de poner al servicio de niñas y niños todo lo que yo sabía. No me acercaba al premio Nobel pero me acercaba a niños que necesitaban un médico", aseguró durante su encuentro con la prensa.
"Traté a niños que enferman y no saben que enferman. Niños que pertenecen a familias que no saben cuándo hay que acudir al médico. Algunos padecían malnutrición, o enfermedades que se pueden curar fácilmente en una clínica. En muy poco tiempo, me metí en el proyecto y quería llegar a más y más niños", subrayó.
Además precisa que tras trabajar en Kenia quiere impulsar el proyecto CHEP en otros países de África, "porque siento la necesidad urgente de acercar la sanidad a la población, para dar a las familias una cultura de la sanidad", ya que "más de la mitad de la población de Uganda son niños, un total de 23 millones, lo que supone un inmenso reto. A la vez, vemos con preocupación otros datos, que son todavía mayores en las zonas rurales: tres de cada diez niños menores de cinco años sufren desnutrición. Y dos millones de niños tienen retrasos en el crecimiento".
Kyamummi subrayó que "la falta de agua dificulta la salubridad de los hogares, y hay que pensar que la supervivencia se mide en litros de agua. Esto explica por qué apenas prestan atención a la asistencia médica" ya que los costes de estos servicios están fuera de las posibilidades económicas de buena parte de la población.
"Mi experiencia es que a muchos niños les llevan al médico cuando ya es demasiado tarde y requieren entonces un tratamiento serio, que se podría haber evitado", aseguró.
Por eso pidió la colaboración para este proyecto a través de becas sanitarias "con solo 50 euros un niño es atendido médicamente durante 10 años". En Kenia 5 mil niños se han visto beneficiados de este proyecto CHEP, y quieren instalar algo similar en Uganda.
También destacó que muchos profesores les han manifestado que desde la implantación del proyecto CHEP el absentismo escolar disminuyó y ha mejorado el rendimiento en clase, aunque recordó que en el mundo "hay 61 millones de niños de 6 a 11 años que no van a la escuela y la mitad están en África subsahariana".