El metropolita Kirill, considerado uno de los líderes ortodoxos rusos más "abiertos" a los contactos con la Iglesia Católica, advirtió durante la cumbre que elegirá próximamente a la máxima autoridad de los ortodoxos, que no se prevén cambios para mejor en las relaciones con la Iglesia Católica.
Kirill, considerado como uno de los que más posibilidades tiene para convertirse en el sucesor del Patriarca Alexis II, fallecido el mes pasado, señaló al diario ruso "Trud" que la postura de la iglesia ortodoxa rusa respecto a la posibilidad de "una reunión entre su patriarca y el Papa católico no ha variado"; y añadió que "una reunión entre el patriarca y el Papa sólo sería posible cuando haya signos concluyentes de un progreso real y positivo en cuestiones que durante mucho tiempo han sido problemáticas para nuestras relaciones", añadió.
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Las "cuestiones problemáticas" a las que hace referencia el metropolita giran en torno a las vagas acusaciones de los ortodoxos de que la Iglesia Católica lleva a cabo actos de "proselitismo" en territorio que debería ser de acción exclusiva de los ortodoxos rusos.
Años atrás, Kirill expresó su apertura a la revisión del amplio y vago concepto de "proselitismo" utilizado por los ortodoxos contra los católicos; pero analistas locales piensan que su actual "endurecimiento" responde a las resistencias que existen entre los ortodoxos más anti-católicos a su candidatura como sucesor de Alexis II.