Los Obispos Católicos de Bélgica llamaron al diálogo con el Gobierno, que suspendió con un decreto las Misas públicas hasta el 15 de enero de 2021.
El 29 de noviembre, el Gobierno de Bélgica publicó un decreto ministerial que haría que aproximadamente 6,5 millones de católicos del país estén obligados a celebrar la Navidad en casa.
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Frente a ello, los Obispos Católicos de Bélgica enviaron un comunicado el 1 de diciembre, donde piden dialogar para reanudar las celebraciones eucarísticas públicas y a la vez, reconocen la necesidad de tomar medidas para contrarrestar la pandemia del COVID-19, salvar vidas y aliviar la presión sobre el sistema de salud de la nación.
"Los obispos, como muchos creyentes, sienten este bloqueo de las celebraciones religiosas públicas en las iglesias como una limitación a la experiencia de su fe", indica el comunicado de prensa.
"Los obispos quieren retomar el diálogo con los servicios gubernamentales competentes para consultar sobre la reanudación de las celebraciones religiosas públicas, reanudación enmarcada por protocolos que garantizan la máxima seguridad", agrega.
Además, los obispos de Bélgica llamaron a los sacerdotes a mantener las iglesias abiertas para la oración privada durante el mayor tiempo posible en diciembre y enero. "Incluso en el encierro, permanezcamos en comunión", subrayan.
"También, piden a los responsables de las parroquias que permitan la visita al pesebre de la iglesia durante los días de Navidad, en cumplimiento de las medidas de protección contra COVID-19. Y en particular, ser solidarios con quienes atraviesan un período particularmente difícil, tras la crisis actual", concluyeron.
Bélgica es un país de 11,5 millones de habitantes que limita con Francia, Alemania, Luxemburgo y los Países Bajos y tiene la tasa de mortalidad por COVID-19 más alta del mundo. Hasta el 1 de diciembre, más de 577 mil personas dieron positivo al COVID-19 y 16.786 personas fallecieron en el país, señala el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad de Johns Hopkins.
En marzo, cuando Bélgica decretó el primer cierre de fronteras a nivel nacional, la Iglesia en Bélgica suspendió las Misas públicas. No obstante, las iglesias permanecieron abiertas para oraciones individuales, así como para bautismos, matrimonios y funerales con números estrictamente limitados.
El culto público se reanudó en junio, pero se suspendió una vez más el 2 de noviembre, en medio de un segundo cierre nacional decretado tras un nuevo aumento en los casos de infectados con el nuevo coronavirus COVID-19.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.