Obispos de todo el mundo han firmado una carta abierta al presidente de Camerún, Paul Biya, pidiéndole que participe en los diálogos de paz propuestos para poner fin a la guerra civil iniciada en 2017 entre el Gobierno y separatistas de habla inglesa.
"Estamos motivados por nuestra preocupación ante el sufrimiento de los civiles desarmados y la estabilidad y la prosperidad de Camerún", escribieron 16 obispos extranjeros en una carta del 17 de febrero, coordinada por la Campaña Global por la Paz y la Justicia en Camerún.
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Los obispos creen "que las conversaciones propuestas por Suiza ofrecen el mejor camino hacia una solución política adecuada a través de negociaciones inclusivas".
"El éxito de estos diálogos será fundamental en el viaje de Camerún para garantizar la paz y su legado como líder efectivo en una región problemática. Esperamos sinceramente que todas las partes interesadas se unan a estas conversaciones y muestren un espíritu de cooperación, pragmatismo y realismo para garantizar que estas negociaciones tengan éxito", indicaron.
Agregaron que "solo la paz verdadera permitirá a las diócesis, clínicas y escuelas católicas ministrar una vez más de manera segura a los fieles feligreses y ciudadanos del Camerún anglófono".
La crisis de Camerún tiene sus raíces en el conflicto entre las áreas de habla inglesa y francesa del país. Los disturbios han estado en curso desde 2016, cuando la comunidad anglófona del país comenzó a protestar para exigir el regreso del federalismo después de que el Gobierno aumentó el uso del francés en las escuelas y los tribunales.
Unas tres mil personas han muerto desde que comenzaron los combates. Según la ONU, se estima que hay 679 mil desplazados internos en Camerún y 60 mil refugiados cameruneses en Nigeria.
Al menos 600 mil niños no han podido asistir a la escuela en las regiones anglófonas del sudoeste y noroeste, y la mayoría de las escuelas han sido cerradas.
Los obispos le dijeron al presidente Paul Biya, quien ha gobernado Camerún durante 37 años, que "no habrá victoria militar para ningún bando".
Asimismo, que "una solución duradera a los problemas de Camerún debe provenir de un proceso mediado que incluya a los grupos armados separatistas anglófonos y líderes no violentos de la sociedad civil. Si todas las partes se tratan como desean ser tratadas, es posible una solución".
Señalaron también que el Diálogo Nacional Mayor celebrado en octubre de 2019 era loable, pero que no detuvo la violencia.
El diálogo había propuesto que las regiones anglófonas recibieran un mayor autogobierno y la elección de los gobernadores locales. Además, Biya había ordenado que se retiraran los cargos contra unas 300 personas detenidas en relación con el conflicto anglófono, y el líder de la oposición Maurice Kamto fue liberado después de nueve meses de prisión.
Al menos 22 personas murieron en un ataque contra Ntumbo, una aldea en la Región Noroeste, el 14 de febrero. Los separatistas culparon al Gobierno por el ataque, pero este negó su participación.
El área que ahora es Camerún era una colonia alemana a fines del siglo XIX, pero el territorio se dividió en mandatos británicos y franceses después de la derrota del Imperio alemán en la Primera Guerra Mundial. Los mandatos se unieron en un Camerún independiente en 1961.
Ahora hay un movimiento separatista en las regiones del suroeste y noroeste, que anteriormente eran los británicos del sur de Camerún.
Camerún celebró elecciones parlamentarias el 9 de febrero, que según los obispos locales tuvieron lugar en un ambiente tranquilo, pero con poca participación.
Los obispos cameruneses señalaron que "cuatro meses después de la celebración del Diálogo Nacional Mayor, que propuso soluciones para poner fin a la crisis" en las regiones angloparlantes, "todavía no estamos satisfechos con la situación en estas regiones".
Agregaron que "la inseguridad persiste a pesar de todo y ha impedido que muchos ciudadanos que viven en estas áreas ejerzan sus derechos civiles".