Dos obispos de origen hispano en Estados Unidos agradecieron a Dios la canonización de Monseñor Romero este domingo 14 de octubre en el Vaticano.
El Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José H. Gomez, agradeció "a Dios por estas canonizaciones" y resaltó que "Monseñor Romero fue un obispo heroico y mártir por la fe. Pero no es santo por la forma en que murió sino por la forma en que vivió".
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Según informó la Arquidiócesis de Los Ángeles, el Arzobispo de origen mexicano resaltó que Monseñor Romero "lo dio todo por Jesús. Él lo dio todo por el amor de Dios y el amor de sus hermanos y hermanas".
De otro lado, Mons. Jorge Rodríguez, Obispo Auxiliar de Denver, presidió una Misa con miles de salvadoreños para dar gracias por la canonización.
En la parroquia Reina de la Paz, el Prelado de origen mexicano resaltó este domingo que "San Oscar Romero apostó por los pobres, por los oprimidos, por los perseguidos por la justicia, por aquellos cuya dignidad y derechos eran pisoteados impunemente para ser, como él mismo decía, 'voz de los que no tienen voz'".
Tras resaltar que los pobres "pesaban en el corazón de Monseñor Romero", el Obispo aseguró que "nosotros también vivimos en medio de injusticias, de hermanos nuestros privados de su libertad en los centros de detención por no tener documentos; de inmigrantes cuyos derechos humanos no son respetados y se ven separados de sus familias; de hermanos y hermanas nuestros que tienen que salir todos los días con el temor de ser arrestados por la policía inmigratoria, mientras trabajan honradamente por proveer un futuro a sus hijos".
"San Oscar Romero, desde el cielo, nos urge a salir en ayuda de estos hermanos, a ponernos de su lado, a denunciar los atropellos contra su dignidad, y a participar en la lucha política por una reforma inmigratoria comprensiva", añadió.
El Obispo Auxiliar de Denver recordó que El Salvador sufrió una grave guerra civil entre las décadas de 1980 y 1990, por lo cual "muchos de ustedes o de sus familiares llegaron a este país huyendo de la muerte".
"Sobre tanto sufrimiento, y sobre el presente de ustedes y de sus familiares hoy en El Salvador, vela un salvadoreño santo: San Oscar Romero, que incluso algunos aquí presente conocieron personalmente", dijo el Prelado.
"Que la sangre de este mártir, derramada como la de Cristo por amor a sus hermanos, germine en El Salvador con frutos de fe, paz y bienestar para su querido pueblo de El Salvador", resaltó el Obispo.
"¡Que por la intercesión de San Óscar Romero, Dios bendiga a la República de El Salvador! ¡Que por la intercesión de San Óscar Romero, Dios bendiga a la comunidad salvadoreña en los Estados Unidos! ¡San Romero de América, ruega por nosotros!", concluyó.