La Conferencia Episcopal Francesa (CEF) ha invitado a las víctimas de abusos sexuales a su próxima asamblea plenaria que se realizará en Lourdes del 3 al 8 de noviembre.
A través de un comunicado, la CEF indicó que "estamos profundamente afectados por las revelaciones de abusos que se hicieron en el mundo y en nuestro país. Ante el sufrimiento indescriptible de las víctimas y de quienes son cercanos a ellas, nosotros estamos tristes y avergonzados".
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Por lo tanto, afirmó que "es en este espíritu que en nuestra próxima asamblea plenaria en Lourdes nosotros deseamos acoger y escuchar a las víctimas", sin especificar nombres ni cantidad.
"El sufrimiento de las víctimas de abusos se impone hoy como la primera de las consecuencias que deben tenerse en cuenta frente a este flagelo", señalaron los obispos y destacaron que "la escucha y el trabajo con ellas nos ayudarán a luchar contra la pedofilia y a encontrar nuevas formas de prevención".
"Reconocemos con humildad que este combate siempre se tiene que intensificar, que necesita una atención sin fallar y una conversión permanente de las mentalidades", expresó la CEF.
Los obispos afirmaron que "la crisis que atraviesa hoy la Iglesia Católica, el profundo desorden en el que muchos fieles y clérigos se hunden, es una invitación a trabajar en el lugar correcto de cada uno".
En ese sentido, los obispos franceses pidieron a todos fieles leer la carta del Papa Francisco difundida en agosto por los abusos sexuales ante los escándalos en Estados Unidos y que "cada persona bautizada, independientemente de su responsabilidad en la Iglesia, participe 'en la transformación eclesial y social que tanto necesitamos'".
"Afirmamos que nuestra lucha contra todos los abusos debe continuar sin cesar y que nuestra estima y afecto por los sacerdotes de nuestra Iglesia permanecen intactos. Los obispos queremos reiterar nuestro apoyo a los sacerdotes de nuestras diócesis y hacer un llamamiento a todos los fieles para que muestren su confianza".
La CEF concluyó indicando que "en medio de las pruebas que llegan, nosotros los obispos, con fuerza y humildad, recurrimos a la fe de cada uno y de los otros. Cristo es nuestra roca. Él nos prometió que nunca nos fallaría. Nosotros les hacemos este llamado: 'Estén siempre listos para dar cuenta de la esperanza que hay en ustedes' (1 Pedro 3,16)".