Los obispos católicos de Francia anunciaron este lunes que han acordado realizar "un vasto programa de renovación" en las prácticas de gobierno en respuesta a un reciente informe sobre abusos sexuales en la Iglesia en el país.
El Arzobispo Éric de Moulins-Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) dijo este 8 de noviembre que los obispos han decidido "iniciar un camino de reconocimiento y reparación para las víctimas con la posibilidad de mediación y reparación".
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"Todas las resoluciones que hemos votado constituyen un vasto programa de renovación de nuestras prácticas de gobierno a nivel de las diócesis y a nivel de la Iglesia en Francia", dijo el también Arzobispo de Reims en un mensaje transmitido en vivo por televisión.
Mons. Moulins-Beaufort hizo el anuncio en el día final de la asamblea plenaria de los obispos, realizada en Lourdes entre el 2 y el 8 de noviembre.
En el encuentro los obispos escucharon a varias víctimas de abusos y debatieron las implicancias de un informe independiente que estima que cientos de miles de menores han sufrido abusos en la Iglesia en Francia en los últimos 70 años.
Como acto de penitencia, el sábado 6 los obispos se arrodillaron en Lourdes, mientras se develaba la imagen de un niño llorando. Además, una víctima de abusos compartió su testimonio.
El Arzobispo dijo en su mensaje que los obispos franceses han reconocido la "responsabilidad institucional" de la Iglesia y han decidido implementar reformas sobre lo que han podido aprender del informe de 2.500 páginas de la Comisión Independiente sobre abusos sexuales en la Iglesia (CIASE).
"Lo hicimos, sobre todo, porque sentimos la mirada de Dios sobre nosotros, porque sentimos disgusto y molestia ante nosotros al darnos cuenta de que son tantos los que han experimentado el sufrimiento, pese a que tenían el derecho a recibir la luz, el consuelo y la esperanza de Dios", dijo el Prelado.
Entre las resoluciones acordadas por los obispos franceses está la venta de propiedades de algunas diócesis católicas, en cuanto sea necesario, para poder financiar las compensaciones para las víctimas.
Los obispos también establecieron grupos de trabajo para apoyar los esfuerzos de la Iglesia para responder y prevenir el abuso.
"Tenemos que buscar la verdad de la Iglesia, de la Iglesia de Jesús, en una escucha renovada a los pobres y los pequeños, a quienes son víctimas o han sido dejadas atrás en nuestra vida colectiva. Hoy nosotros tenemos que escuchar atentamente a las víctimas en nuestra Iglesia", dijo el Arzobispo.
El reporte de la CIASE, publicado el 5 de octubre, estima que 216 mil menores fueron abusados por sacerdotes, diáconos, monjes o monjas en Francia entre 1950 y 2020.
Se calcula que fueron "entre 2.900 y 3.200" los abusadores, de entre un total de 115 mil miembros del clero y otros trabajadores religiosos, lo que "implicaría una gran cantidad de víctimas por agresor".
El estudio indica además que "más de un tercio de abusos sexuales en la Iglesia Católica fueron cometidos no por clérigos, monjes o trabajadores religiosos, sino por laicos".
Mons. Moulins-Beaufort dijo que los obispos de Francia someterán las recomendaciones de la CIASE a la preocupación de la Iglesia universal y al Papa Francisco para su consideración, luego de algunas pequeñas revisiones.
"Hemos decidido juntos pedirle al Papa, ya que hemos sido nombrados por él, que nos ayude, enviando a alguien en quien confíe para dialogar con nosotros sobre la forma en que hemos tratado y tratamos a las víctimas y sus agresores", dijo el Arzobispo de Reims.
El Papa Francisco envió la semana pasada una carta a los obispos en el marco de su asamblea plenaria, alentándolos a consolar a las víctimas y a cuidar de los "heridos y escandalizados en el santo pueblo de Dios".
"Mientras soportan la tormenta de vergüenza y tragedia a causa de los abusos de menores en la Iglesia, los aliento a cargar este peso con fe y esperanza, que yo cargo con ustedes", escribió el Papa en una carta publicada el 3 de noviembre.
"Estoy seguro que juntos y bajo la guía del Espíritu Santo, encontrarán maneras de honrar y consolar a las víctimas, exhortando a todos los creyentes a la penitencia y la conversión de corazón, para tomar las medidas necesarias para hacer de la Iglesia una casa segura para todos, para cuidar de los heridos y escandalizados en el pueblo de Dios; y finalmente, para asumir la misión con alegría, mirando resueltamente al futuro".
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA