Los obispos de Colombia manifestaron su claro rechazo a la reciente aprobación del protocolo para la aplicación de la eutanasia en el país y recordaron que esta práctica "es un crimen".
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Luis Augusto Castro, dijo al respecto en conferencia de prensa que "seguiremos declarando siempre que la eutanasia es un crimen y que la vida nos la dio Dios para administrarla hasta último momento no para quitárnosla, entonces ojalá haya una reflexión sobre este tema a nivel del Ministerio de Salud y del Congreso".
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Las declaraciones del Prelado se dan luego de que la Corte Constitucional –que aprobó la despenalización del aborto en 2006 y que desde entonces ha buscado acabar con el derecho a la objeción de conciencia de los médicos– ordenara al Ministerio de Salud a través de una tutela (acción legal de emergencia) que aprobara el protocolo de aplicación de la eutanasia en el país.
El también Arzobispo de Tunja dijo al respecto que "es curioso que mientras estamos luchando por acabar con esta guerra que ha generado tanta muerte, por otro lado estamos tratando de crear leyes para generar más muertes".
"La Corte Constitucional no está hecha de seres divinos, omnipotentes y sabios pueden equivocarse y también corregirse, en este caso se equivocaron en sacar un tipo de ley que no favorece la cultura de la vida, sino de la muerte. Ellos se pueden echar para atrás, porque o sino nunca tendríamos la posibilidad de corregirnos de nuestros errores y de mejorar e introducir un nivel de vida diferente que no sea el de quitarle la vida a los demás", afirmó.
El presidente de la CEC dijo también que la tarea de los médicos hoy en día es ayudar a vivir a la gente. "Es terrible cuando uno empiece a ver médicos que se especializan en matar a las personas, ya uno no iría con mucha tranquilidad a un hospital, porque la ética va cambiando de una manera lamentable".
A continuación alentó a los médicos católicos a que no practiquen la eutanasia y los exhortó a recurrir a la objeción de conciencia de ser necesario. "No hay que forzar a las instituciones, ni a las personas hasta el punto que todo el mundo tiene que aplicar una ley que está más allá de una cultura de la muerte", aseguró.
Por último el Prelado resaltó que a un enfermo se le debe rodear de cariño y la compañía de la familia y ayudarlo con los medios disponibles a través de la ciencia y la medicina.
Con esta decisión, explica Danelia Cardona, especialista en bioética y directora del departamento de Defensa de la Vida de la CEC, la Corte Constitucional "establece, que contrario a la legislación mundial, el nivel de 'indignidad' lo establece el paciente, y no una medición objetiva del dolor y el sufrimiento que generan las enfermedades terminales y algunas crónicas, esto deja la puerta abierta para que cualquiera solicite la eutanasia".
"Lo grave es que además el médico, institución de salud están en la obligación de aplicar la eutanasia, tal como sucede con el aborto. La segunda circunstancia que atenta gravemente contra la libertad y la vida de la persona humana es que la familia puede sustituir el consentimiento".
Es decir, alerta, "la familia decide subjetivamente también, cuando la persona 'necesitaría' la eutanasia, poniendo en grave riesgo la autonomía y la libertad de la persona, así como también deja en oscuridad las motivaciones para este tipo de decisiones".
De esta manera, concluye Cardona en un artículo publicado en el sitio web de la CEC, "sumado a la legislación actual del aborto, Colombia entra a las filas de legislación más liberal del mundo, en contra de la persona humana".