La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) hizo un llamado a la paz y condenó la violencia que provocó la muerte de al menos 17 personas el último lunes, durante enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la región de Puno, al sur del Perú.
"Reprobamos profundamente la muerte de los compatriotas fallecidos, así como los heridos civiles y policías de la región y departamento de Puno", indica un comunicado difundido el 9 de enero por la CEP.
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Los obispos peruanos, además, envían "sinceras condolencias a los familiares de los hermanos fallecidos" y "cercanía pastoral a los heridos".
El lunes 9 de enero, al menos 17 personas murieron y 73 ciudadanos fueron lastimados como consecuencia de los enfrentamientos entre manifestantes y policías en las inmediaciones del aeropuerto de la ciudad de Juliaca.
La Defensora del Pueblo, Eliana Revollar, confirmó además que unos 70 policías quedaron heridos, varios de ellos con impactos de bala de armas de aparente fabricación artesanal.
"Eso hace ver un nivel de violencia alto en las personas que han estado liderando esta posible toma del aeropuerto", dijo Revollar a la prensa local.
La protestas en todo el país se desataron después de la destitución del exmandatario Pedro Castillo Terrones, quien cumple 18 meses de prisión preventiva acusado de rebelión, tras un fallido autogolpe de Estado el 7 de diciembre.
Los manifestantes exigen el cierre del Congreso, nuevas elecciones y la renuncia de Dina Boluarte, la exvicepresidenta de Castillo que asumió la presidencia del Perú el 7 de diciembre. Algunos grupos también piden la liberación del expresidente y una nueva Asamblea Constituyente.
En su comunicado, los obispos del Perú lamentan que los enfrentamientos "se hayan producido, por un lado, como consecuencia de desnaturalizar el derecho a la protesta, recurriendo a la ilegalidad; y, por otro, por el uso desmedido de la fuerza".
"Ambas situaciones son condenables y se debe individualizar a los responsables", subrayan.
La Conferencia Episcopal también resalta la necesidad de "distinguir los justos reclamos de otros que no permiten un diálogo racional".
"No podemos dejar que el Perú se destruya por nuestras propias acciones ni dejarlo caer en un abismo institucional", expresa la CEP.
Finalmente, los Prelados invocan al gobierno "a detener, urgentemente, la violencia y las muertes, vengan de donde vengan".
"Caminemos juntos para construir la paz en nuestro amado Perú", concluyen.
Con las muertes ocurridas el 9 de enero de 2023, hasta el momento han fallecido 47 peruanos desde el inicio del conflicto social.