La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó "consternación y dolor" por el asesinato del sacerdote agustino Javier García Villafaña en la tarde del 22 de mayo, y exigió "una investigación exhaustiva y transparente".
"Condenamos enérgicamente este acto de violencia que no sólo ha arrebatado una vida, sino que también atenta contra la paz y la justicia en nuestra nación", expresaron los obispos mexicanos.
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"Es un recordatorio doloroso de la grave situación que enfrentamos como sociedad, en la que la presencia del crimen organizado y la impunidad continúan amenazando la vida y la seguridad de tantos", añadieron.
De acuerdo a la Fiscalía General del Estado de Michoacán, el cuerpo del sacerdote fue encontrado dentro de su automóvil en la carretera Cuitzeo-Huandacareo, con "heridas por disparo de arma de fuego".
El P. Javier García Villafaña era párroco de la parroquia de San Marcos, en la localidad de Capacho, en el municipio de Huandacareo, región gobernada pastoralmente por la Arquidiócesis de Morelia.
Según el Centro Católico Multimedial, este es el noveno sacerdote asesinado durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en diciembre de 2018.
Hace casi un año, el 21 de junio de 2022, dos sacerdotes de la Compañía de Jesús (Jesuitas), fueron asesinados al interior de una iglesia católica en la localidad de Cerocahui, en la sierra tarahumara del estado de Chihuahua.
En marzo de este año, José Noriel Portillo, acusado de ser el autor del crimen de los jesuitas, fue encontrado sin vida por las autoridades.
"Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes para que realicen una investigación exhaustiva y transparente que lleve a la identificación y sanción de los responsables. No podemos permitir que este y otros actos similares queden impunes", manifestaron los obispos.
Para la CEM, "es fundamental que se restablezca el Estado de derecho y se garantice la seguridad de todos los ciudadanos, especialmente de aquellos que dedican su vida al servicio de los demás".
Los obispos mexicanos renovaron su "compromiso de anunciar el Evangelio de la paz y la reconciliación en medio de la adversidad".
"Seguiremos acompañando a nuestras comunidades, fortaleciendo la fe y promoviendo la justicia, la dignidad humana y el diálogo como instrumentos para la transformación social", continuaron.
Asimismo, encomendaron el alma del sacerdote a la misericordia de Dios y pidieron que "estos momentos, sean una semilla de un México más fraterno y solidario". "Que hoy nos impulse a seguir luchando por la paz y la justicia, y a no sucumbir ante la violencia y la desesperanza".
"Que María, nuestra Madre y Consuelo de los afligidos, interceda por nosotros y nos ayude a construir un México en el que reine el respeto a la vida y la dignidad de cada persona", concluyeron los obispos.