El fin de semana, Mons. Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca (México), ofreció su solidaridad y oraciones por las cuatro personas asesinadas y por otras tantas heridas en dos balaceras que ocurrieron en cementerios del país.
El primer ataque se registró el sábado 10 de junio, cuando hombres armados a bordo de motocicletas abrieron fuego contra los asistentes a un sepelio en el camposanto La Asunción, ubicado en el poblado de Santa María Ahuacatitlán, en Cuernavaca, estado de Morelos.
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En el lugar, según los medios locales, los sujetos dispararon contra los asistentes, alcanzando a quitarle la vida a dos de ellos y dejando a otro herido.
"Lamento profundamente el ataque armado ocurrido hace unos momentos en el panteón de Santa María; en estos tiempos de incertidumbre e inseguridad necesitamos que se hagan visibles las estrategias de seguridad de las autoridades para tener ambientes seguros", expresó el 10 de junio Mons. Castro.
"Ofrezco mi oración y solidaridad por cada víctima. Dios ayude y fortalezca a cada familia lastimada por la violencia e inseguridad", agregó el prelado.
El Municipio de Cuernavaca detalló en sus redes sociales que "la intervención inmediata" de la policía "dio como resultado la detención de un presunto agresor, así como de la motocicleta en la que se transportaba".
Las autoridades locales también indicaron que se continúa la búsqueda de otro u otros presuntos agresores, mientras que la persona herida había sido trasladada al Hospital General José G. Parres de Cuernavaca para ser atendida.
El segundo ataque, muy similar al primero, ocurrió el domingo 11 de junio en el exterior del cementerio de la colonia Prohogar, en el municipio de Emiliano Zapata, estado de Veracruz. Dejó un saldo de dos personas muertas y tres heridas.
"Lamentablemente ha ocurrido otro ataque, ahora en un panteón del municipio de Emiliano Zapata. No nos acostumbremos a vivir de esta manera. Mi oración y solidaridad por cada víctima y sus familias", escribió Mons. Castro.
En un comunicado difundido el 29 de mayo, el Obispo de Cuernavaca también se refirió a la proliferación de casos de violencia en las carreteras de su estado.
El prelado manifestó "públicamente que no podemos acostumbrarnos a hechos que lastiman a las personas y a las familias, que causan derramamiento de sangre y muerte, que generan impotencia e indignación, que instauran un clima de terror y la falta de confianza tan necesaria para el desarrollo y progreso social".
"Como Iglesia continuaremos formando la conciencia solidaria y fraternal de los feligreses y hombres de buena voluntad, promoveremos los valores de la vida, la dignidad humana y la exigibilidad de la justicia y también ofreceremos el acompañamiento psicológico y espiritual para las víctimas", sostuvo.
"Hacemos lo propio con generosidad y desde la pobreza de nuestros recursos, pero vemos necesario que las autoridades civiles sumen su acción eficaz y coordinada para terminar con esta ola de hechos reprobables", añadió.