El presidente del Consejo nacional de prevención de abusos y acompañamiento de victimas en Chile, Mons. Alejandro Goic, renunció al cargo tras el escándalo en su diócesis en el que debió suspender a 14 sacerdotes.
A través de un comunicado publicado en su sitio web, los obispos de Chile informaron que recibieron la renuncia de Mons. Goic, Obispo de Rancagua, el viernes 25 de mayo, y que decidieron aceptarla este sábado 26.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El comunicado de los obispos señala que "comprendemos que las actuales necesidades y dificultades que han ocurrido en la diócesis que pastorea han hecho necesaria esta determinación" y agradecieron al Obispo de Rancagua que sirvió en el Consejo desde su creación en 2011 para "erradicar de la vida de la Iglesia el abuso sexual de menores y todo tipo de abuso de poder".
"Bajo su conducción se establecieron las normas 'Cuidado y Esperanza', promulgadas en todas las diócesis del país, como líneas guías con principios y procedimientos para evitar este mal en la Iglesia", recuerdan los prelados.
Finalmente informan que, mientras se decide "los pasos más convenientes a seguir para el reforzamiento de esta instancia eclesial", el Consejo será presidido por el Obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González Errázuriz, quien ha trabajado en él desde su creación.
El escándalo en la diócesis de Rancagua
El lunes 21 de mayo, Mons. Goic anunció la suspensión de 14 sacerdotes mientras dure la investigación sobre una supuesta red de párrocos que habrían incurrido en conductas sexuales impropias.
La medida se tomó luego de que un programa de televisión local difundiera un reportaje con la denuncia de Elisa Fernández, quien por 14 años fue coordinadora de pastoral juvenil en la diócesis de Rancagua.
En el programa de Canal 13, Fernández señaló que en los últimos dos años buscó al Obispo en cuatro ocasiones para advertirle sobre la existencia de un grupo organizado de párrocos denominado "La Familia", quienes habrían incurrido en conductas sexuales impropias y eventuales abusos.
En declaraciones a la prensa, el Obispo de Rancagua pidió perdón por su actuar y valoró el trabajo realizado por el medio de comunicación, "pues entrega elementos que yo desconocía, que me han afectado mucho y producido gran sufrimiento al igual que a la comunidad".
"Debo reconocer que, en lo personal, como cristiano y pastor, me encuentro muy afectado por esta difícil situación que me duele y avergüenza. Rezo para que salga a la luz la verdad, toda la verdad, en estos casos y en cualquier otro tipo de situación que atente contra el Evangelio de amor de Cristo", dijo el Obispo.
Mons. Goic pidió a quienes tengan información sobre actos impropios de sacerdotes de la diócesis, que la envíen al correo pcavour@iglesia.cl o prevenirabusos.rancagua@iglesia.cl.
La ciudad de Rancagua, ubicada a 85 kilómetros al sur de Santiago, cuenta con 68 sacerdotes diocesanos, y el 75.8% de la población se declara católica.
El escándalo en Rancagua estalló luego que todos los obispos de Chile pusieran sus cargos a disposición del Papa Francisco, tras los encuentros que sostuvieron con él en el Vaticano del 15 al 17 de mayo.
El Pontífice sostuvo cuatro encuentros con los 34 obispos chilenos que llegaron a Roma para tratar los casos de abusos sexuales en el país sudamericano.
En concreto, se profundizó en el informe elaborado por Mons. Charles Scicluna, luego de escuchar los testimonios que acusan a Mons. Barros, Obispo de Osorno, de haber encubierto los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
El 15 mayo, al término de la primera reunión con los obispos de Chile, el Santo Padre les entregó un texto de diez páginas con duras críticas al mal manejo de los casos de abusos sexuales, en el que precisó que la remoción de personas no es suficiente para solucionar el problema en la Iglesia local.