El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández alerta sobre el peligro de dejarnos arrastrar por el consumismo durante el Adviento y de cara al Nacimiento del Niño. "No aprovechemos la Navidad para alejarnos de Dios", recomienda el Prelado.
En su carta semanal dedicada al tercer domingo de Adviento, llamado "gaudete", el Obispo de Córdoba afirma que la alegría cristiana que se celebra "no viene de fuera adentro, sino de dentro afuera", pues es la de "tener a Dios con nosotros".
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En este sentido, enfatiza que "Dios no es una aguafiestas" sino "todo lo contrario" porque "ha venido a redimir al hombre" de sus esclavitudes, pecados y vicios y a darle una vida nueva.
El tiempo de Adviento nos permite caer en la cuenta "del desastre introducido en la humanidad por el pecado", por el que parece que "abandonado a su suerte, el hombre no tiene remedio, no tiene salida", afirma el Obispo.
Por eso, "ha de ser sacado de esa situación por un amor más grande", el de Dios, "que hemos de acoger con humildad y gratitud".
Mons. Fernández afirma en consecuencia que "el hombre encuentra solución a sus problemas más hondos si se acerca a Jesucristo, si participa en su vida, si se deja amar por él".
El Obispo de Córdoba destaca que la alegría cristiana no es fruto de lo que come y de lo que bebe, ni del "chute que uno se inyecta con la droga de último diseño".
Para el Prelado, "estas alegrías que vienen de fuera no llenan el alma y dejan un vacío más grande, dejan resaca".
Por eso, advierte, no debemos ser arrastrados "por el consumismo, por el placer, por cualquier tipo de pecado".
En este sentido, abunda el Prelado en que "no aprovechemos la Navidad para alejarnos de Dios. Viene el Señor y busca corazones capaces de acogerle".
Esta acogida ha de darse "en la sencillez, en el silencio, en la oración y en la caridad fraterna".