Mons. Eduardo María Taussig, Obispo de San Rafael (Argentina) explicó detalladamente la situación del seminario "Santa María Madre de Dios" en su diócesis, tras el anuncio de su próximo cierre, "un dolorosísimo tema para todos y para mí también en primer lugar".
En un programa transmitido el viernes 7 de agosto y publicado por la Productora San Gabriel en Youtube, el Prelado indicó que el anuncio del cierre del seminario se dio en medio de la crisis de la pandemia del coronavirus "y que aquí en la diócesis ha suscitado una problemática con el tema de la Comunión, en particular en la mano, y que tuvo su repercusión en el seminario".
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"La decisión a mí me tomó de sorpresa, pero es una directiva que viene directamente de la Santa Sede. Yo lo formulo en el decreto que hice en su primer punto", dijo Mons. Taussig en referencia al documento publicado por él en julio anunciando el cierre del seminario, tras el diálogo que sostuvo con el Cardenal Bienamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero en el Vaticano.
El Obispo de San Rafael comentó que los seminaristas "son los que tienen menos responsabilidad en todo lo que ha pasado" y puso como ejemplo un pronunciamiento del 30 de julio de los formadores y seminaristas de "Santa María Madre de Dios", en el que expresaron su obediencia y fidelidad a la decisión del cierre del seminario.
En el texto, publicado antes de una caravana convocada por algunos en San Rafael para expresar su oposición a la decisión del cierre, los firmantes pidieron "no asistir por el bien de los seminaristas" y animaron a rezar "por nosotros".
El cierre del seminario
"De afuera no se entiende la situación. En marzo los obispos de la comisión permanente [de la Conferencia Episcopal Argentina] pedimos a todo el pueblo de Dios comulgar en la mano y el seminario empezó el domingo 28 de junio. Los seminaristas no tuvieron responsabilidad en esos tres meses que pasaron, fue un problema en el que no entraron", dijo el Obispo de San Rafael.
"La misma semana tuve la ocasión de pedirle al rector del seminario [P. Alejandro Miquel Ciarrocchi] y al rector del seminario del IVE [Instituto del Verbo Encarnado]. Con el superior del IVE tomé 10 minutos y no hubo ningún problema. Las autoridades del instituto entendieron".
A finales de junio, Mons. Taussig aceptó la renuncia del rector P. Alejandro Miquel Ciarrocchi, y nombró como nuevo rector al P. Víctor Torres Jordán, quien dirigirá el seminario hasta diciembre cuando cierre.
La renuncia del rector se dio luego de varios meses de desobediencia "por parte de un sector importante del clero, la mayoría exalumnos del seminario diocesano, y algunos de ellos profesores o referentes significativos para los seminaristas", lo que generó "grave escándalo dentro y fuera del seminario y de la Diócesis", indica el decreto del cierre del Seminario "Santa María Madre de Dios".
En el programa del viernes, el Prelado dijo sobre el cierre que "no tengo los motivos. A mí la Santa Sede, a través del prefecto [Cardenal Stella], me comunica una decisión y frente a eso yo como obispo indico que cuando Roma ha hablado, se terminó la discusión. Los obispos hacemos una promesa de fidelidad y obediencia al Santo Padre. Ellos miran con otra perspectiva, con otra experiencia de todo el mundo, lo que ha pasado en otros lados y toman esta decisión en este momento".
"Hay un vínculo muy estrecho entre el seminario y el clero, y eso se refleja en lo que nos ha pasado a nosotros. Ese es el primer considerando".
Sobre las repercusiones en los fieles y el clero, el Obispo dijo que "por supuesto que es muy doloroso para todos, yo me hago cargo del dolor de los seminaristas, de sus familias, de mi clero y del obispo. Es el dolor más grande que he tenido como obispo en estos 15 años. Pero bueno, toda crisis es una oportunidad. De esto corregiremos y buscaremos que nuestros futuros sacerdotes tengan la mejor formación".
El Obispo de San Rafael no descartó que el Seminario Santa María Madre de Dios pueda volver a funcionar en algún momento. "En el futuro podrá reabrirse el seminario, por supuesto. No sé si será conmigo o con mi sucesor, esos procesos toman tiempo", dijo.
"Los seminaristas tienen garantizado su camino hasta fin de año y todo el amor de la Iglesia que los va a cuidar, para que puedan seguir su camino hacia la formación sacerdotal. Y nuestras comunidades también, y nuestros sacerdotes seguirán sirviéndonos a nosotros", resaltó Mons. Taussig.
Comunión en la boca y Comunión en la mano son ambas legítimas
"Las dos disciplinas: comulgar en la boca y comulgar en la mano están aprobadas por la Iglesia. Cada una tiene un significado muy rico. Comulgar en la boca expresa recibir el pan de los ángeles, de la Madre Iglesia, como un bebé, como un niño. Comulgar de rodillas expresa darle la adoración a Dios que viene en la hostia y eso se condensa en ese gesto", explicó el Obispo de San Rafael.
"Comulgar de pie significa ir al encuentro de Dios que viene con la dignidad del bautizado, como vamos al encuentro del Espíritu Santo en el día de la Confirmación".
Cuando uno comulga en la mano, continuó el Prelado argentino, "poner las manos como un trono es como lo hacían los primeros cristianos: recibir al Rey que viene en la mano más cercana al corazón, con el amor dispuesto hasta dar la vida por Cristo. Y entonces comulgar con Él".
Mons. Taussig recordó que en marzo cuando se inició la cuarentena por la pandemia del coronavirus, no solo se dejó de dar la Comunión en la boca sino que la Iglesia "tuvo que suspender todo. Fue la primera vez que no pudimos celebrar la Pascua".
"No se suprimió el derecho [a comulgar en la boca] sino que se reglamentó como hicieron las autoridades políticas con el derecho a libre tránsito ante la crisis de la pandemia. ¿Nos quitaron el derecho al libre tránsito? No, se reglamentó. Con esto de la Comunión pasa lo mismo".
El Obispo de San Rafael dijo luego que para poder reiniciar el culto se hizo dos protocolos en Mendoza. El primero no fue aceptado y el segundo sí, en el que se incorporó la indicación de la Comunión en la mano para que fuera aprobado.
"En la balanza había que poner si tenemos Misa o no. Entonces, por un tiempo, hasta que pase la pandemia, se puede comulgar de esta manera. A nadie se le obliga a comulgar. El que no quiere comulgar de esta manera, hace la comunión espiritual y punto".
Tras señalar que distintos episcopados en el mundo han tomado esta determinación de establecer la Comunión en la mano, Mons. Taussig precisó que "si un sacerdote no está de acuerdo como hubo uno, tiene la vía del recurso como ocurrió con un párroco. Esa es la vía. Finalmente se respondió rechazando el pedido, con argumentos del derecho canónico".
"Lo importante es que el sacerdote que presentó el recurso, como hizo el párroco, durante esos 30 días que toma el recurso, debe seguir la disposición, como hizo este padre, en obediencia. Luego se le contesta y si quiere puede hacer una apelación superior".
Sobre las razones de por qué se determinó que se recibiera la Comunión en la mano, el Obispo destacó que esto se debe a que "queremos cuidar la vida de todos y todas las cautelas que podamos tener para cuidar los posibles contagios es justo ponerlas".
"Yo siempre me manifesté por comulgar en la boca, pero cuando se aprobó la Comunión en la mano en Argentina en la década de 1990 con el Papa Juan Pablo II, se acabó la discusión".
Tras recordar que ambas formas de comulgar "son legítimas", el Obispo indicó que "a veces en el fragor de esas discusiones se ha exagerado los argumentos y me he encontrado con expresiones que causan mucho dolor, de gente que piensa que es un sacrilegio comulgar en la mano o u pecado mortal. Eso habla de una deficiencia en la catequesis recibida que tendremos que subsanarla. Ninguna forma agota la riqueza de la Eucaristía".
"En este momento solo podemos acceder a la Comunión [en la boca], hagámoslo como los mártires, con su heroísmo, dispuestos a dar la vida por nuestro rey y si nos tenemos que ir que sea con ese heroísmo que nos lleva a la caridad", continuó.
La Comunión en la boca, prosiguió el Obispo, es "por ahora y hasta que termine la pandemia y después cada uno comulga como quiere. Yo he fomentado la comunión de rodillas y en la boca en la diócesis por eso hay reclinatorios en todas las parroquias".
El Prelado dijo también que "una de mis responsabilidades como obispo es que se cumplan las normas". "Tengo que rendir cuentas, a Dios el día de mi muerte, y ahora al Santo Padre".
Tras rechazar que la decisión del cierre del seminario ha sido un capricho como dicen algunos, el Obispo de San Rafael resaltó que "esta crisis es una oportunidad para crecer en la caridad que es el fruto de la Eucaristía. Crecer en la comunión en cada parroquia, a nivel diocesano, en los decanatos, para que podamos como Iglesia atender tantas necesidades que tienen nuestros hermanos. Tenemos que comulgar para ayudar a los que están mal económicamente, psicológicamente, angustiados y preocupados".
"Que el amor de Jesús nos una y que podamos llevarlo a tantos que lo necesitan", concluyó.
Apoyo de la Conferencia Episcopal
La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió un comunicado el sábado 1 de agosto en el que expresó su apoyo a la decisión de Mons. Taussig, de anunciar el cierre del seminario "Santa María Madre de Dios".
"En estos días se ha conocido la noticia del cierre del Seminario de San Rafael, dispuesto por el obispo diocesano Mons. Eduardo María Taussig, en cumplimiento de precisas directivas de la Congregación para el Clero. Como Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina y, recogiendo el sentir del episcopado, acompañamos la decisión de Mons. Taussig, obediente y respetuosa de la comunión con la Iglesia universal y el bien común eclesial", indica el texto.