El Obispo de Belley-Ars (Francia), Mons. Pascal Roland, decidió ordenar el retiro del Santísimo de todas las capillas e iglesias de sus diócesis luego de una ola de robos sacrílegos ocurridos en los últimos días en la región.
Tras diversos hechos relacionados con "la profanación de los tabernáculos y el robo de copones" y respaldado por el Código de Derecho Canónico, el Prelado emitió una ordenanza en la que solicita que "el Santísimo sacramento será retirado de los tabernáculos de todas las Iglesias y capillas parroquiales y será depositado en lugar seguro".
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"La puerta de los tabernáculos permanecerá ostensiblemente abierta", prosigue.
Para las necesidades de la oración pública o privada, explica el Obispo de la tierra de San Juan María Vianney (el Cura de Ars), "el Santísimo sacramento podrá ser recolocado temporalmente en esos tabernáculos con la condición de que se asegure una presencia suficiente de fieles".
Estas medidas entraron en vigor el 10 de febrero y "permanecerán hasta nueva orden".
"El Obispo espera que estas medidas excepcionales manifiesten a todos la gravedad de estos hechos y contribuyan a desalentar su repetición", concluye.
Ola de robos
Días atrás, el Obispado de Belley-Ars, a través de su sitio web dio a conocer los últimos ataques y robos sacrílegos ocurridos en la diócesis:
El 6 de febrero -día en el que se cumplieron 250 años de la aprobación del culto al Sagrado Corazón de Jesús aprobado por el Papa Clemente XIII- los parroquianos de Neuville-les-Dames, en la agrupación parroquial de Châtillon-sur-Chalaronne, descubrieron que el tabernáculo de la Iglesia de San Mauricio había sido fracturado, y que el copón donde se colocan las hostias consagradas había sido sustraído.
La misma tarde, los parroquianos de Ambronay, dieron cuenta también del robo de un copón en la Iglesia de Nuestra Señora. El sábado 7 de febrero, en Vonnas, se constató el robo de dos copones de la Iglesia de San Martín.
El domingo 8 de febrero, en Jujurieux (agrupamiento parroquial de Pont-d'Ain), los fieles descubrieron que otro copón había sido robado en la Iglesia de San Esteban. En estos cuatro casos, las hostias consagradas no fueron robadas, sino abandonadas en el lugar.
El sábado 7 de febrero, el sacerdote de Montluel descubrió que el copón y las hostias de la colegiata Notre-Dame-des-Marais habían sido robadas.
Este robo fue la continuación de una serie de robos, profanaciones y degradaciones que tuvieron lugar en el curso de los últimos meses en las iglesias de la diócesis: robos de objetos y de una estatua en la iglesia de Seyssel, en octubre de 2014; robo de ciborios y de hostias consagradas en la iglesia de Saint-Jean de Niost y de Sainte-julie, en octubre de 2014, y de Saint-Etienne-du-Bois, en noviembre de 2014; y otras profanaciones en Saint-Maurice-de-Beynost el 11 de enero de 2015.
Las comunidades afectadas por estos robos y las parroquias han presentado una queja ante la Gendarmería. Por ello, indican, se hizo un inventario completo de los objetos de estas Iglesias gracias a la gestión conjunta del Servicio Diocesano del Arte Sagrado y el Consejo General del departamento de l'Ain en donde se encuentra la diócesis de Belley-Ars.
La indicación precisa de los objetos sustraídos y sus fotografías fueron inmediatamente enviadas a la Gendarmería Nacional, para intentar bloquear el tráfico de estos bienes culturales, buscarlos y vigilar para impedir su reventa.
Repudio a los robos sacrílegos
La Iglesia Católica en l'Ain deplora que "objetos sagrados como copones o tabernáculos sean robados o degradados. Lamenta la falta de respeto de los autores que se apropian de los copones, tan queridos por la comunidad parroquial y por los habitantes de las comunidades de las que estos objetos son patrimonio".
Los católicos de la región, prosiguen, "están profundamente impactados por el robo de las hostias consagradas. Estas hostias consagradas por el sacerdote en la Misa son el Cuerpo de Cristo, la presencia real de Jesús. Por tanto, este robo es una profanación de extrema gravedad".
"Sean cuales fueren las intenciones de los autores de estos actos, nada más ofensivo puede ser cometido contra Dios, la fe cristiana y la comunidad católica. La Iglesia invita a cada cristiano a orar por el perdón y arrepentimiento de aquellos que cometieron estos actos. Que esta prueba sea, para todos los cristianos, ocasión de profesar su fe en Cristo, realmente presente en esas hostias consagradas" concluyen.
Para este informe las traducciones del francés fueron hechas por José Gálvez, Director de la Enciclopedia Católica http://ec.aciprensa.com/wiki/P%C3%A1gina_Principal